Un niño sufrió un fuerte desgarro en la pierna por el presunto fallo de una escalera mecánica del 'metro'
Samuel Álvarez Rosa, un niño de tres años de edad, resultó herido de consideración en una pierna al quedar atrapado entre el escalón y el lateral de una escalera mecánica, en la estación de Cuatro Caminos. Los padres presentaron una denuncia en el juzgado de guardia contra la Compañía del Metropolitano, mientras que un portavoz de la empresa ha declarado que la escalera funcionaba perfectamente, por lo que no se explican lo ocurrido. En estos meses, los trabajadores del Metro han denunciado la falta de personal en las estaciones y la consiguiente "precarización de la seguridad" de los usuarios.
El pasado miércoles, a las seis de la tarde, el niño Samuel Alvarez bajaba las escaleras mecánicas de la estación de Cuatro Caminos que conducen al andén de la línea 6. Iba acompañado de su madre, María Victoria Rosa, que le llevaba cogido de la mano, y un poco adelantados iban el padre y el segundo hijo del matrimonio. "De repente", según relató la madre, "la escalera se paró en seco. Suponemos que hubo un fallo en la energía eléctrica, porque se detuvieron todos los tramos de escaleras a la vez. Al pararse, la escalera hizo un movimiento brusco, de vaivén, y la pierna del niño quedó atrapada entre un escalón y el lateral, y le produjo un desgarramiento de dos centímetros de profundidad, casi hasta el hueso".
El padre cogió a su hijo en brazos, subió corriendo tres tramos de escalera, salió a la calle y allí pidió ayuda a los agentes de un coche patrulla, que los trasladaron al hospital de la Cruz Roja. El niño fue intervenido quirúrgicamente. "Fueron unos momentos horribles. El niño iba llorando desesperadamente y perdía mucha sangre. Aún le dura el miedo. En el hospital han permitido que venga a casa, a pesar de que sigue en observación, porque no quiere separarse de nosotros", afirmó la madre.
Los padres del niño declararon que ningún empleado del Metro les atendió, y que tuvieron que ir al jefe de estación de la línea 1 para presentar una reclamación, puesto que no había ningún responsable en la línea 6 . Al día siguiente, el jueves, presentaron una denuncia en el juzgado de guardia. "Cuando volvimos al metro a reclamar", añadió María Victoria Rosa, "un empleado nos comentó que este tipo de accidentes son más frecuentes de lo que parece".
Fuentes de la compañía declararon ayer que no se explican cómo pudo ocurrir el accidente: "Hemos revisado la escalera y funciona perfectamente. Ha sido algo atípico. Entre el escalón y la escalera hay una ranura de milímetros. Aunque hubiera habido un tirón, no tendría por qué haber atrapado la pierna del niño, a no ser que fuera sentado en el escalón".
Respecto a la inexistencia de un jefe de estación, el citado portavoz afirmó: "La línea 6, como cualquier otra, puede tener asignada o no un jefe de estación, que además no tiene por qué estar presente en la cabina, porque tiene otras misiones que atender". El portavoz añadió que todas las estaciones cuentan con un botiquín de primeros auxilios, aunque se recomienda el traslado a un centro hospitalario o casa de socorro, "porque es más rápido".
Merma de seguridad
Precisamente ayer, la sección sindical de la CNT del Metro hizo público un comunicado en el que denuncia que la restrictiva política de personal de la compañía ha llevado a que el 43% de los puestos de jefes de estación esté sin cubrir. "Esta medida significa no solamente la destrucción de puestos de trabajo, sino también la precarización de la seguridad de los ciudadanos que utilizan este medio de transporte". En febrero pasado, las secciones sindicales de CC OO, UGT, CNT , Sindicato Independiente y USO colocaron pasquines en las estaciones que no tenían asignadas un responsable advirtiendo a los usuarios que no podrían ser atendidos en caso de accidente.
La Compañía del Metropolitano sólo aseguró los percances de que pudieran ser víctimas los usuarios o los trabajadores desde julio de 1985, a raíz de que una serie de accidentes ocasionaran numerosos heridos entre los viajeros, momento en que se supo que el metro era el único medio de transporte que no tenía el denominado seguro obligatorio de viajeros (SOV). Hasta entonces, los viajeros accidentados debían llegar a un acuerdo privado con la compañía sobre la indemnización a que creyeran tener derecho. En 1987, la compañía fue condenada por la Audiencia Provincial de Madrid a pagar ocho millones de pesetas a la niña de 12 años Noelia Pericón, que perdió los dedos de un pie cinco años antes, el 28 de septiembre de 1982, al quedar enganchada también en una escalera mecánica.
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