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"Puedes dar un patinazo''

Próxima campaña del Ayuntamiento para disuadir a los patinadores callejeros

Pasear por el bulevar de Recoletos puede convertirse en un arriesgado ejercicio de supervivencia por el vertiginoso rodar de los patinadores de la zona. Y no sólo se quejan los peatones. También muchos conductores, entre ellos, el concejal de Seguridad del Ayuntamiento, Fernando Bocanegra, quien se encontró con la desagradable sorpresa de llevar un jovencito colgado del parachoques mientras circulaba por la plaza de Colón. Una campaña municipal intentará convencer a los patinadores para que no se jueguen el tipo con este peligroso deporte urbano.

En Recoletos no todo va sobre ruedas, o al menos eso piensa el Ayuntamiento de Madrid, que, en vista de las denuncias de peatones y conductores, va a lanzar una campaña para erradicar a los patinadores urbanos. La campaña pretende ser "informativa y disuasoria", ya que las multas (2.000 pesetas por patinar por la calzada y 20.000 por engancharse a, los coches) no han hecho mella en los rollers madrileños. "Las multas las pagan. los padres", explica Antonio Omaña, portavoz de la Policía Municipal. "Pensamos que con la campaña, que consistirá en pegatinas humorísticas con lemas como No dés un patinazo o Tu carrocería es frágil, conseguiremos que estos chicos dejen de hacer estas peligrosas exhibiciones". También se harán anuncios para la televisión.

En el paseo de Recoletos, centro de reunión de los patinadores, los veteranos aseguran que son pocos los que se enganchan a los coches. "Son cuatro críos y dos fantasmas los que se dedican a estas gamberradas", explica Pancho, de 34 años. Pese a todo, Pancho, un gigante vestido de futbolista americano, reconoce que antes no tenían problemas con los peatones ni con la policía. "Antes venía la gente a vernos hacer exhibiciones. ¡Hasta Tierno Galván se acercaba para ver a los patinadores!", asegura Jota, otro de los viejos.

I. S., de 18 años, regresa cada día a su casa desde Recoletos colgado de uno de los autobuses de la Castellana. "Ya me pusieron una multa de 20.000 pelas por engancharme, pero lo sigo haciendo", explica. "No me apetece subirme patinando toda la cuesta, y si controlas no es tan peligroso. Hay motoristas que te dejan engancharte sin problemas".

Todos piensan que la campaña no va tener ningún efecto entre los patinadores de Recoletos. "Ya podían gastarse ese dinero de la campaña en hacer unas pistas de patinaje decentes", dice Marcos. "Ahora sólo podemos patinar aquí y en la pista de La Arganzuela; en el Retiro es imposible porque está lleno de gente y en el Parque Sindical nos cobran por entrar".

Sin embargo, los que más denuncias han puesto contra los patinadores han sido los habituales del Paseo de Recoletos. Concha y María, de 64 y 75 años, son tajantes: "Son unos gamberros; los bancos del paseo están destrozados porque se suben encima con los patines, al señor del puesto de tabaco le tiran el negocio todos los días... Otros días se ponen a lanzarse un plástico (un frisbee) y si te dan no se disculpan o te insultan y te mandan al asilo", explican indignadas.

También los trabajadores de la terraza El Espejo han tenido problemas con los patinadores. "El año pasado, cuando pusimos la orquesta, vinieron a molestar un par de veces. No nos dan la lata porque no les dejamos entrar con patines en la terraza, pero sabemos que la gente del paseo tiene quejas graves", dice un camarero.

El pasado 22 de junio, uno de los patinadores tuvo una pelea con un taxista y le abrió la cabeza con las chapas metálicas de las botas. Los taxistas son los enemigos naturales de los rollers. "Muchas veces te ven y van a por ti , dice Meding, de 19 años, moviendo su cabeza llena de trencitas. Los taxistas también reconocen este enfrentamiento: "A mí me sacaron un bate de béisbol por discutir con dos patinadores que se me iban cruzando delante de las ruedas", explica Fernando, que espera clientes en la parada de taxis de Génova.

Los patinadores temen que tras la campaña les prohíban patinar en Recoletos. "Aunque seguiríamos viniendo. Somos muchos y no conseguirán echarnos", afirman.

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