La inflación será este año del 6,2% y el PIB crecerá un 4,5%, según las previsiones del Banco de España

La tasa de inflacíón media se situará este año en el 6,2%, según las previsiones del Banco de España que recoge el Boletín Económico de este mes. Esta inflación media anual supera, en un 1,1%, al 5,1% registrado -también como media- el ejercicio pasado. El crecimiento económico, mientras, se desacelerará algo durante 1989 en comparación al ritmo registrado el año pasado. Las previsiones del banco emisor sitúan la tasa de crecimiento del producto interior bruto (PIB) en términos reles en el 4,5% este año, con un crecimiento nominal del 10,8%, frente al crecimiento del PIB del 5,3% real y 11,8% nominal que se regístró en 1988.

Estas estimaciones no son "una mera extrapolación de la evolución observada en el primer semestre", sino que incorporan la expectativa de que en el segundo "empiecen a surtir efectos las medidas de política económica instrumentadas para contener la demanda nacional". Las prevísiones incorporan además el supuesto de que algunos sectores económicos y, en especial, el sector público han tenido un comportamiento excepcionalmente expansivo durante la primera parte del año debido, en el caso del sector público, al retraso en el ingreso del IRPF.

Aún con estas hipótesis, aumentará considerablemente tanto el déficit por cuenta corriente como la necesidad de financiación de la economía. El banco emisor estima que el déficit por cuenta corriente se situará en 11.000 millones de dólares (1,35 billones de pesetas) a fin de año, lo que equivale al 3,1 % del PIB, debido a la insuficiencia del ahorro nacional para financiar la acumulación de capital que está experimentando la economía española. Así, la necesidad de financiación, en términos del PIB, se triplícará, al alcanzar el 2,8% del PIB este ejercicio frente al 0,9% de 1988, que fue el primer año con déficit por cuenta corriente en la balanza de pagos.

La incapacidad de la economía para generar ahorro suficiente para financiar la inversión -el ahorro total se sitúa en el entorno del 22% del PIB mientras la inversión se acerca al 26%- comienza en las familias, donde el ritmo de crecimiento del consumo se sitúa por encima de la evolución de su renta disponible, lo que provocará un nuevo retroceso en la tasa de ahorro familiar. En este sentido destaca que, durante el primer semestre, el sector privado -empresas y fámilias- hayan demandado el doble de fondos financieros que en el mismo período de 1988.

El reparto de la producción total entre trabajadores y empresarios se ínclinará moderadamente a favor de los primeros. Según las estimaciones del Banco de España, el 46,1 % del PIB se destinará a la remuneración de los asalariados, frente al 45,6% de 1988. Esta participación de los salarlos en el PIB es la más alta de los últimos cuatro años y contrasta con la caída de la participación en el PIB del excedente bruto de explotación, que aglutinará el 45,7% del PIB, frente al 46,3% del año pasado. Los ocho puntos restantes se destinan a los impuestos indirectos.

El Banco de España valora esta situación de coyuntura aconsejando la "necesidad de acompañar el rigor en el control monetario con una política fiscal restrictiva que sitúe el déficit público en cifras acordes con la capacidad de financiación interna y externa de la economía". Las medidas monetarias, además, no podrán ir acompañadas a partir del ingreso en el Sistema Monetario Europeo de las, hasta ahora, habituales restricciones y barreras a las entradas de capital, ni de fuertes intervenciones en los mercados de cambios.