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Adictos al trabajo

Cambiar los hábitos de un adicto al trabajo no es fácil. Están profundamente arraigados en el carácter de la persona y en sus circunstancias. Leonard Greenhalgh, psicólogo y profesor en Dartmouth, ofrece una descripción de cada tipo. "Un freudiano podría interpretar la adicción al trabajo como un escape de la ansiedad. Si alguien siente la necesidad de estar ocupado, quizá esté tratando de no pensar" y buscará las tareas más absorbentes. Otros quieren escapar de su vida familiar y obtienen una excusa socialmente aceptable para evitar problemas. Un tercer tipo lo forman frecuentemente hijos de alcohólicos que tienen una gran necesidad de controlarlo todo, de asegurarse de que todo está en orden. Según Greenhalgh, son muy rentables para la empresa, "se organizan muy bien, superan los obstáculos y son responsables". Tienen también su parte negativa, pues no es fácil trabajar con ellos y no dejan participar a los demás.Hay que huir de un cuarto tipo, personas que tienen un bajo concepto de sí mismos y necesitan alimentar su autoestima por medio del trabajo. "Es una forma suave de depresión crónica. La gente les considera demasiado serios. Intentan sobresalir y lo que buscan es la aprobación, sobre todo de la dirección". Si se quiere distinguir entre la adicción al trabajo positiva y la negativa, habrá que responder que ambas pueden tener los mismos efectos en la vida personal.

6 de agosto

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