_
_
_
_
Crítica:GREC 89
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una buena noche de teatro con virtudes y defectos

El escenario y la climatología de Montjuïc jugaron a favor del montaje de Vitez. Sin los amenazadores bufidos del mistral que se escucharon en la Cour d'Honneur del Palacio de los Papas de Aviñón (véase EL PAÍS del 14 de julio); con un escenario que arropa mejor la escenografía de Yannis Kokkos y acerca más los espectadores al espectáculo, La Célestine sensiblemente en el Grec. A ello hay que añadir el recorte de media hora que el director ha tenido el acierto de operar en el texto: las cuatro horas de Aviñón han quedado reducidas a tres horas y media.Pese a las mejoras, la impresión que me produjo el montaje en el Grec confirma mi primera opinion, a raíz de su estreno en Aviñón. Junto a la indiscutible seducción de Jeanne Moreau, esa "puta vieja" carece de grandeza demoniaca: su invocación, sus amenazas a Plutón, asemejan más a un juego que otra cosa. La actriz se apoya demasiado en el texto, buscándole una trascendencia que no siempre tiene, e imponiendo un ritmo que frena el espectáculo. Uno le agradece infinitamente a Vitez que haya escogido a Jeanne Moreau para ser Celestina. Porque a través de los recuerdos que uno tiene de la actriz puede imaginar lo que es esa Celestina. La imaginación es un residuo de los recuerdos, decía Alain. Pero cuando Jeanne Moreau le dice a Parmeno, "imagínate qué vida sería la nuestra...", Ia voz de la actriz, su entonación, queda muy lejos de mis recuerdos de la Jeanne de Jules et Jim o de El diario de una camarera.

La Celestine

De Fernardo de Rojas, versión francesa de Florence Delay. Producción del Théâtre National de l'Odéon con la colaboración de la Comédie Française.Dirección: Antoine Vitez. Barcelona. Teatre Grec, 28 de julio.

Vitez vio La Celestina en 1943, en París, durante la ocupación nazi, y el papel de la alcahueta lo interpretaba Marcelle Géniat. Vitez tenía 12 años y confiesa haberse impresionado. El montaje fue un éxito, dice: era una bofetada a la mojigatería del Gobierno de Vichy. La primera Celestina que yo vi fue en el Eslava de Mabrid, en 1957. La versión era de Pérez de la Osa, dirigía Escobar y Celestina era la López Heredia. No era, claro, no podía serlo, ninguna bofetada. Y el montaje, en pelotas, de Facio, en 1984. menos que eso: fue un chiste. Tal vez algún día tengamos la suerte de poder ver y escuchar, sobre todo escuchar, La Celestina completa; esa Celestina que fue escrita para ser precisamente leída en un pequeño cenáculo. Mientras, hemos tenido la suerte de ver esa interesante aproximación de Vitez, y hemos vivido, con todas sus virtudes y todos sus defectos, una espléndida noche de teatro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_