Varios ministros y miembros de la ejecutiva presionan, para que Felipe González adelante las elecciones

Varios ministros y algunos miembros de la ejecutiva del PSOE están intentando, mediante gestiones en los órganos de decisión del partido y del Gobierno, que el presidente Felipe González anticipe las elecciones legislativas, previstas en principio para junio de 1990. Dos miembros de la ejecutiva socialista señalaron ayer a este periódico que, según los indicios de los que disponen, el presidente del Gobierno comunicará al Consejo de Ministros que se reunirá el 25 de agosto su decisión de disolver inmediatamente las Cortes. Esta opinión es coincidente con la de varios ministros consultados, que señalaron que "se dan las condiciones objetivas" para que el presidente disuelva las cámaras.

No obstante, estas fuentes indicaron que ello no ha sido tratado ni en los últimos consejos de ministros ni en la ejecutiva del partido.Los partidarios de anticipar los comicios aportan principalmente argumentos relacionados con la política económica: ahora la situación es favorable, y en cambio el próximo año registrará un pronunciado ajuste presupuestario.

Por su parte, los miembros de la Ejecutiva del PSOE consultados aseguran, informa Anabel Diez, que en la última reunión de ese órgano, hace 15 días, Felipe González pidió expresamente que no se le preguntara sobre la fecha de las elecciones, lo que por supuesto se respetó y tanto fue así que tres días después en la reunión del Comité Federal nadie suscitó este asunto.

Fuentes del PSOE y del Gobierno afirmaron que al presidente le preocupa el exceso de elecciones y que su deseo sería convocar conjuntamente las generales con Madrid, Galicia y Andalucía, pero por el momento ello choca frontalmente con las distintas legislaciones. Por tanto, la modificación de la ley general electoral será otro de los asuntos de reflexión del presidente.

Todas las fuentes consultadas aseguran que no hay una decisión tomada y que hasta finales del mes de agosto no se conocerá la decisión de Felipe González.

En principio Felipe González tiene sobre la mesa "el mapa autonómico", los calendarios y los distintos estatutos de autonomía para estudiar el posible encaje entre elecciones dado que considera inadecuado que en un año pueda haber cuatro convocatorias.

La impresión de estos interlocutores es que el presidente puede presentar a los partidos políticos una propuesta de modificación de la ley General Electoral de manera que se acabe con esta dispersión.

En esta línea de desaconsejar la proliferación de elecciones, colaboradores del jefe del Ejecutivo insisten en que lo adecuado, caso de no modificar inmediatamente la citada ley, sería unir -mediante un acuerdo con las partes afectadas- los comicios madrileños, gallegos y andaluces con las de Cortes Generales. Desde la fracasada moción de censura del PP y el CDS contra el Gobierno del PSOE en Madrid, el presidente de la comunidad autónoma madrileña, Joaquín Leguina, ha estado en permanente contacto con el jefe del Ejecutivo. Leguina tiene una idea precisa de cuál sería su ideal pero dado lo irrealizable del mismo al final tendrá que acceder ante la opinión que le ha expresado Felipe González que no es otra que la de que dimita.

Leguina pretendía conseguir en el mes de agosto un acuerdo con los grupos políticos de la Cámara autonómica para elaborar una ley que permitiera disolver la asamble y convocar elecciones de forma inmediata. Ello parece poco probable ante la actitud hostil sin paliativos del PP y del CDS que sólo admite como salida la dimisión de Leguina.

El presidente del Gobierno coincide con Leguina en que no debe acceder a una mera dimisión sino que debe utilizar la llamada cuestión de confianza, que obviamente perdería. Al no tener mayoría absoluta ningún otro candidato, la Cámara quedaría disuelta a los dos meses y de inmediato se convocarían las elecciones.