Roberto Carlini

es un veterinario italiano que ha pasado del más absoluto anonimato a recibir miles de muestras de solidaridad y afecto, tras haberse acogido a la "objeción de conciencia" para no verse obligado a suprimir la vida de los 1.200 perros callejeros anuales de la provincia de Terano, donde él trabaja, informa Juan Arias. Carlini trabaja en las estructuras sanitarias del Estado en los Abruzos, donde existe uno de los parques naturales más grandes y bonitos de Italia. Hasta ahora, en Italia se conocían sólo los médicos objetores en relación a los abortos. Se trata de los médicos católicos autorizados a negarse a practicar abortos en los hospitales públicos si consideran que ello va contra su conciencia. Pero un veterinario objetor de conciencia para no verse obligado a matar perros, nunca se había visto antes. Y curiosamente, mientras existe poca simpatía por esos médicos objetores, sobre todo desde que han salido a la luz pública casos en los que esos mismos objetores practicaban abortos de pago en sus clínicas privadas, la rebelión del joven veterinario abrucés ha despertado simpatía en la gente. Y la opinión publica le ha aplaudido porque ha contado que la mayor parte de dichos perros son abandonados por familias que tras haberlos adoptado los dejan a la hora de las vacaciones. El veterinario objetor, que vive en una casa de campo donde ha adoptado a 12 perros abandonados y 23 gatos, está recibiendo mensajes de solidaridad no sólo de miles de niños, sino también de todas las asociaciones ecologistas.