Sarcasmo sangrante

En el artículo titulado Alrededor de la coca, publicado el pasado 22 de junio, Antonio Vergara atribuye a mi abuelo, José Guardiola Ortiz, la doble y errónea calidad de gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Alicante.No dudo de la buena fe de Antonio Vergara, y desconozco sus fuentes, pero es sarcasmo sangrante que mi abuelo, que fue una figura del republicanismo alicantino, y cuya vida resultó destrozada por el Movimiento, aparezca en 1989, en las páginas de su periódico, con tan insultantes atribuciones. Fue gobernador civil de Valladolid durante la República, gran abogado y exquisito gourment, amigo íntimo de Oscar Esplá y Gabriel Miró (de cuya biografía es autor), y murió arruinado por la guerra civil, la envidia y la traición de muchos.

Todavía hoy en día, y a pesar de haber sido decano del Colegio de Abogados de Alicante, su retrato no figura entre los decanos de dicho colegio, por haberlo sido en la época de los llamados Tribunales populares, en absoluta violación de la Constitución y de las normas de convivencia. Esta explicación me fue dada por el entonces abogado mío, el difunto Luis Berenguer Sos, padre del diputado del PSOE Luis Berenguer Fuster, amigo de Fernández Ordóñez.

Ruego a su sentido del honor, señor director, que proceda a rectificar semejante atrocidad causada a la imagen de mi abuelo y mi familia-