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Rod Hackey: "El arquitecto no debe ser un instrumento del especulador"

Asesora al príncipe de Gales en temas de urbanismo

Rod Hackney, arquitecto de 46 años, asesora al príncipe Carlos de Inglaterra en temas urbanísticos. Juntos trabajan en varios proyectos de ayuda a la comunidad que se realizan en zonas deprimidas del Reino Unido, en los que los usuarios participan tanto en el proceso de diseño como en la edificación de las viviendas. Hackney, casado con una empresaria de la construcción, opina que "el arquitecto debe evitar convertirse en un instrumento del especulador".

Para Hackney, que acudió a la asamblea plenaria del Consejo Europeo de Arquitectos, celebrada en Madrid a finales de junio, el príncipe de Gales se ha convertido en la voz de una mayoría silenciosa que normalmente no es escuchada. Según su asesor, "una de las grandes preocupaciones del futuro rey de Inglaterra es luchar contra la mala arquitectura moderna", porque, a su juicio, destruye los perfiles tradicionales de las ciudades.Carlos de Inglaterra, según Hackney, defiende un tipo de arquitecto que esté en contacto con las necesidades del usuario, pregunte mucho más al consumidor y se acerque a sus deseos. "El arquitecto debe evitar convertirse en un instrumento del especulador. Debe ser reeducado a través de los contactos con la gente, y el público debe asumir el control del arquitecto arrebatándoselo de las manos al especulador", añade Hackney.

"Un par de arquitectos que son las prima donnas de la arquitectura actual dicen que el príncipe debiera callarse sus opiniones y con ellos coinciden algunos líderes de los movimientos de la arquitectura moderna. Sin embargo, varias revistas especializadas han hecho encuestas para ver si los arquitectos británicos opinaban lo mismo y se ha demostrado que la mayoría pensaba que el príncipe Carlos debía seguir hablando sobre estas cuestiones. Lo mismo opina el público en general en las encuestas que han realizado algunos periódicos nacionales".

Críticas eficaces

Las cosas, afirma Hackney, ya están empezando a cambiar en Inglaterra, porque siempre que el príncipe ha criticado un proyecto específico se ha modificado. "Esto ha ocurrido con un edificio de cristal que se iba a construir en Manser House, el príncipe dijo que le parecía un millón, y no se construyó. Los constructores que iban a remodelar los edificios de los años sesenta que rodeaban la catedral de San Pablo, también variaron sus planes, tras las críticas del heredero de la Corona. Su labor está siendo muy eficaz, los arquitectos le escuchan y también la gente de la calle, lo que hace que los constructores tampoco quieran meter la pata, y encontrarse con edificios que nadie quiere comprar" indica.

Algunos sectores han acusado al heredero de la Corona británica de defender la vuelta a un clasicismo trasnochado. "Él aboga por la lógica y la simplicidad de las constucciones clásicas. No pretende que los arquitectos vuelvan al clasicismo por el estilo sino por la forma. La gente no entiende los edificios modernos porque no tienen lógica, muchas veces no se sabe ni dónde está la puerta. Para el arquitecto es mucho más difícil pensar en términos clásicos porque tiene que simplificar sus ideas y seguir unas leyes y proporciones mucho más estrictas; y eso, a veces, les molesta".

En septiembre se abre la exposición de Arquitectura del príncipe Carlos, y al día siguiente saldrá a la calle su libro sobre arquitectura, lo que supondrá una gran difusión de estos conceptos de la arquitectura. "El príncipe de Gales está dispuesto a utilizar su influencia para conseguir cosas que realmente le importan. En un terreno de su propiedad cerca de Dochester se está construyendo una ciudad que va a suponer toda una revolución, y va a dar mucho dinero al sector privado", agrega. Hackney indica que las ciudades preferidas de Carlos de Inglaterra son Siena y París.

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