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Entrevista:

"Queremos demostrar que existe una comunidad de naciones iberoamericanas"

Fernández Ordóñez cree que España ha hecho avanzar la construcción de Europa

I. CEMBRERO / F. MONTEIRA La presidencia española de la CE "ha puesto en marcha un proceso desencadenante hacia la unión monetaria", afirma Francisco Fernández Ordóñez, quien en su calidad de ministro de Asuntos Exteriores ha desempeñado el cargo de presidente de turno de la Comunidad a lo largo de un semestre que concluye hoy. En su opinión, la gestión realizada por España ha hecho avanzar la construcción europea "de una manera honorable".

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El ministro está cansado

Después de la buena imagen que da el haber sido la voz comunitaria ante el mundo, la política exterior española tiene ante sí la prioridad absoluta de América Latina. "De cara a 1992 hay que hacer algo que demuestre al mundo que existe una comunidad de naciones iberoamericanas", dice. Pero hacen falta muchos recursos para una fraternidad de naciones sin lazos de dependencia, y ésta es una tarea "no sólo del Gobierno, sino de todo el Estado".El día después de la cumbre, Francisco Fernández Ordóñez está relajado, pero no puede esconder las huellas del cansancio en la cara. Ha sido un semestre duro, especialmente para él, porque ha presidido la Comunidad casi tanto tiempo desde un avión como con los pies en la tierra.

Pregunta. ¿El acuerdo de la cumbre de Madrid es un avance decisivo para la CE?

Respuesta. Es un documento de compromiso. Pero permite que, si hay una continuidad en el trabajo, nos podemos encontrar a finales de 1992 a las doce menos cinco de la unidad europea. El proceso puesto en marcha es desencadenante. ¿La velocidad? Es lo que falta por ver.

P. Sin embargo, la transferencia de soberanía en política monetaria está por decidir.

R. Todo el debate ha sido de procedimiento, pero con carga política. Como pasó con el Acta única, las decisiones de procedimiento en la Comunidad se convierten en acuerdos de fondo. En Madrid hemos acordado la voluntad de ir hacia la unión monetaria y la necesidad de una conferencia intergubernamental para reformar el tratado, y será ahí donde se planteará qué cantidad de soberanía habrá que ceder a la CE para lograrlo.

P. ¿Sorprendido del resultado de la cumbre?

R. Nos ha salido prácticamente como lo teníamos previsto.

P. ¿Quiere decir entonces que el forcejeo entre los doce fue puro teatro?

R. No. Simplemente que no ha habido sorpresas respecto a lo previsto, salvo que quizá minusvaloramos la posibilidad de confrontación entre los que quieren ir más deprisa y los que exigen avanzar despacio. Por eso se produjo un momento de dificultad en la mañana antes del acuerdo. Durante cinco minutos, Mitterrand fue un problema mayor que Thatcher, hasta que el presidente francés aceptó la fórmula ofrecida por Andreotti.

'Silla vacía'

P. ¿El moderador fue el canciller de la RFA, Helmut Kohl?

R. Kohl ha apoyado todo el tiempo a la presidencia española y eso evitó que el frente de progreso franco-alemán nos creara un bloqueo por querer ir más lejos de lo que Margaret Thatcher estaba dispuesta a. aceptar.

P. Si el problema fue francés, ¿eso quiere decir que la primera ministra británica estaba bajo control?

R. Del Reino Unido nos llegaron varios recados de que estaba dispuesta a aceptar la primera fase y "algo más". Tuvimos que tirar de ella hacia el informe Delors. Lo positivo es que después de la cumbre ha dicho que no va a seguir la política de la silla vacía y que va a asistir a la conferencia intergubernamental. El problema es que en sus resistencias al proceso de unión económica y monetaria, al contrario que en el rechazo al diálogo social, no está absolutamente sola y es algo que alega constantemente.

P. ¿Hubo enfrentamientos durante la reunión?

R. Ha sido el Consejo Europeo menos tenso de los que he vivido, en parte gracias a Felipe. Alguien dijo que la causa principal de este ambiente distendido fue que el aire acondicionado funcionó bien, aunque Mitterrand se quejó de que se le quedaban helados los pies.

P. ¿Cuál es el balance de urgencia de estos seis meses de presidencia de la CE?

R. Sinceramente, creo que se ha avanzado de una manera honorable respecto a la construcción europea, aunque de ello más que el hombre de la calle sean conscientes los llamados sectores bien informados de la Comunidad, la casta de los mandarines.

P. ¿Se han cometido errores?

R. Hemos acusado problemas físicos de telecomunicaciones, por ejemplo. ¿Fallos en la gestión? Los míos no los veo, y no quiero mencionar los de los demás. Pero, por encima de los errores que hayamos cometido, la presidencia es quizá el mayor trabajo de equipo que ha hecho la Administración española. Y se ha trabajado con una gran transparencia, por eso para mí es un misterio que la entrada de la peseta en el Sistema Monetario Europeo. no se haya filtrado.

P. ¿Usted lo sabía?

R. Me lo comentó Carlos Solchaga 10 días antes.

Visión internacional

P. Y España, ¿qué ha ganado en el semestre?

R. No creo que tengamos necesariamente más peso en la CE. Pero en la Administración española ya nada volverá a ser lo mismo porque la coordinación ha funcionado. La española es una administración con muchos defectos, pero ha sido capaz de presidir 1.300 reuniones y de sacar 300 decisiones en un semestre. Esto le ha dado moral y una visión internacional de la que antes carecía.

P. ¿Y ahora, a vivir de las rentas o tiene el ministerio alguna prioridad en política exterior?

R. Hay que hacer algo que demuestre al mundo que existe una comunidad de naciones iberoamericanas. Debemos aprovechar el trampolín de la Expo 92 y del quinto centenario para hacer algo más que una exposición.

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