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Tribuna
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Anchuras

Téngame usted, señor alcalde de Anchuras, por vecino de ésa y remítame el programa de las fiestas y las contribuciones que el Ayuntamiento estime oportuno aplicarme. Aunque no pueda ir ahora, indíqueme las normas de circulación si las hubiere, o qué trámites debo seguir para abrir un establecimiento. Póngame una multa por andar cantando a altas horas de la madrugada. No tengo perro, pero dígame si puedo llevarlo suelto. Infórmeme cuando haya un pleno abierto al público.Dígale al maestro que continúo sin conocer la geografía de la comarca, pero que la estudiaré. Dígale al farmacéutico que me guarde una cuarta de aspirinas. Que alguien se acabe por mí los restos de un jamón, que alguien espíe de mi parte el último rayo de sol del atardecer, que me corten un pedazo pequeño de la tarta de alguna boda. Seguro que ve usted con frecuencia al párroco: déle el recado de que echo de menos una discusión teológica con él y que si él se paga el vino yo pongo las aceitunas. Cuando vea usted a una vecina o un vecino que tenga alguna pena, algún disgusto serio, transmítale también mis condolencias. Y si alguna moza está especialmente guapa, felicítela respetuosamente de mi parte.

Ponga mi dignidad junto a la suya para que siga su misma suerte, ponga la tierra que no tengo dentro del término de Anchuras para que la amenacen, ponga mi indignación contra la sinrazón de Estado en medio de la de su pueblo. No quiero bombas sobre Anchuras. No quiero bombas. No quiero altas decisiones militares sobre nadie. No es el Ministerio de Defensa, sino ustedes, quien me defiende. Cuando luchaba contra la central nuclear de Cofrentes yo peleaba por ustedes. Ahora ustedes pelean por mí. Quiero que sepa que lo sé. Si anda alguien enfermo, deséele salud de mi parte, ponga mi esperanza de paz en algún rincón del pueblo, y si hay alguna tertulia a la fresca, considéreme presente.

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