Una octogenaria muere a causa de un intento de violación

La autopsia realizada ayer por el médico forense permitió descubrir que la anciana Rosario Moya López, de 83 años, había muerto como consecuencia de la fractura de unas costillas y por "una fuerte presión que le dañó las paredes del corazón y el hígado", según fuentes policiales. El cadáver fue encontrado el sábado en una cama de su domicilio y la familia pensó que había fallecido por causas naturales. Pero los indicios permiten suponer que fue víctima de un intento de violación.

Una vecina de Rosario Moya, residente en la finca número 72 de la calle de Narváez, cerca del parque del Retiro, se alarmó cuando llamó repetidamente en su casa y no obtuvo ninguna respuesta. Ante la sospecha de que pudiera haberle ocurrido algo, la vecina informó de sus temores al portero de la finca.El conserje telefoneó a una hija de la víctima, la cual entró en la vivienda y encontró a su madre tendida en una cama. Se hallaba vestida, pero tenía a medio quitar la braga y las medias. El cadáver no presentaba aparentemente ninguna señal de violencia, por lo que los primeros indicios hicieron pensar que la anciana había fallecido por causas naturales.

El cuerpo sin vida de la octogenaria fue trasladado por orden judicial al depósito del Instituto Anatómico Forense. Cuando el médico le practicó ayer la autopsia, comprobó que la víctima había muerto "por una fuerte presión" que le rompió varias costillas, resultando dañado el corazón y el hígado. Lo extraño del caso es que la "presión" no fue como consecuencia de un golpe, sino posiblemente porque el homicida la apretó con sus manos o se colocó encima de Rosario Moya, según fuentes policiales.

Una vecina ha declarado que en la tarde del sábado oyó cómo un hombre llamaba a la puerta del piso de Rosario Moya para solicitarle un vaso de agua. La anciana abrió al desconocido y éste pasó al interior de la vivienda. Al cabo de un rato, dicho individuo salió corriendo, por lo que en estos momentos es el sospechoso número uno.

El Grupo de Homicidios de la Brigada Judicial de Madrid se ha hecho cargo de las investigaciones para aclarar el crimen. La policía no se atreve a aventurar nada sobre las circunstancias del suceso, pero la principal hipótesis sostiene que el agresor intentó abusar de la víctima, la cual falleció por parada cardiaca.

Una mujer afable

Todos los inquilinos consultados ayer por este periódico se manifestaron convencidos de que su convecina había muerto por causas naturales y se resistían a aceptar el dictamen del médico forense: "¿Eso quiere decir que se trata de un crimen?", preguntaban con una mezcla de temor e incredulidad."Era viuda de un pocero", manifestó una vecina, "y hace unos años se le ahogó un hijo en el río Sena, en Francia". Según los comentarios recogidos en el barrio, Rosario Moya era una persona afable y confiada, circunstancias que aprovechó el homicida para lograr entrar en su casa sin dificultad.

Fuentes de la policía han confirmado que la puerta de la vivienda de la víctima no estaba forzada. Los investigadores del caso tampoco han apreciado señales de lucha en el interior del piso ni señales de que el agresor hubiera registrado los muebles en busca de joyas o dinero, lo que contribuye a aumentar el misterio en torno al caso.