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'CUMBRE' DE LA CE EN MADRID

Una mesa redonda con 26 sillas

El protocolo exige que los jefes de Estado y de Gobierno tengan un lapicero

La sala Europa está en la segunda planta del Palacio de Congresos de Madrid. Allí es donde los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Europea (CE) celebrarán los dos días de reuniones del Consejo Europeo que el lunes y el martes pondrán punto final al semestre de presidencia española. La sala Europa, construida para la ocasión, está en la llamada zona azul o de seguridad, donde sólo pueden entrar tres personas por delegación provistas de distintivo en la solapa. De ese trío de privilegiados, sólo dos -el jefe de Estado o de Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores de cada país- tienen derecho a entrar en la sala y sentarse a la mesa. A los 24 representantes de los doce se suman el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, y el vicepresidente, Frans Andriessen. Son los 26 de la cumbre.

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El servicio de protocolo de la Presidencia del Gobierno, encabezado por Nicolás Martínez Fresno, lleva enfrascado más de un año en la preparación del Consejo Europeo. El presupuesto de la remodelación del Palacio de Congresos se ha disparado de los 1.500 millones de pesetas calculados en un principio hasta casi los 3.000 millones. España ha corrido con los gastos y el trabajo, pero las normas y los detalles han venido dictados por la Secretaría del Consejo de Ministros de la CE. En Bruselas se han elaborado hasta 51 borradores del protocolo a cumplir, en los que todo está previsto.A las 9.30 del lunes comenzarán a llegar al Palacio de Congresos los jefes de Estado y de Gobierno, donde los recibirá el presidente del Ejecutivo español, Felipe González. A las diez entrarán en la sala, y allí escucharán, durante "10 o 15 minutos", la exposición dél presidente del Parlamento Europeo, lord Plumb. Para ello habrá sido dispuesta la silla 27ª. Finalizada la intervención, lord Plumb saldrá de la sala, se retirará la silla y entonces comenzará la cumbre.

Un anillo de madera noble

González presidirá la reunión, y a su alrededor, por orden alfabético, estarán colocados los restantes líderes de Europa. Esta vez el presidente de la República Francesa, François Mitterrand, no va a ser el único jefe de Estado presente, porque la situación política griega ha provocado que el presidente de ese país, Christos Sartzetakis, ocupe el lugar tradicionalmente reservado al primer ministro.

La mesa de los 26 es un anillo circular de siete metros de diámetro, fabricada con nogal español. Cada uno de los presentes dispondrá de un bloc de notas y un bolígrafo, el logotipo de la presidencia y una bandejita con agua mineral, zumos de fruta, galletitas y caramelos. Tampoco puede faltar un lápiz, el útil obligatorio de trabajo en la Comunidad Europea, porque son tantas las correcciones que sufren los textos que sólo si se anotan a lapicero pueden borrarse para seguir mejorando el texto. Sobre la mesa habrá 13 rótulos de delegaciones, de "13 a 15 ceniceros, cajas de cerillas con logotipo, y tabaco rubio y negro, a ser posible de las marcas más consumidas en cada país". Quien atiende esta puesta en escena es Michelle Ridolfi, el mayordomo de la CE.

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Aparte de los mandatarios, en la sala circular, de bóveda oscura y luces indirectas para facilitar la concentración en los debates, sólo estarán los intérpretes en sus cabinas, y en una mesa aparte el antaci de la presidencia, el diplomático Antonio Belver, y el de la Comisión Europea. Estos escribanos de la cumbre, cuyo nombre es herencia del embajador italiano que inventó su función, toman notas de lo que se dice y recaban las informaciones que piden los jefes a los expertos de las delegaciones, los cuales calibran el alcance de los acuerdos en salas situadas fuera de la zona azul. En un despacho anejo a la sala circular esperan los restantes 11 antici las llamadas de su ministro para aportar datos o recibir notas manuscritas. Los antici se ponen de acuerdo en lo que ha dicho cada líder.

En una cumbre de la CE, hasta las conferencias de prensa finales, el contenido de los debates llega a la Prensa por versiones indirectas. Los 26 disponen también de una salita de descanso y un comedor reservado, por si fuera necesario.

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