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Capturado un policía mexicano acusado del asesinato del periodista Buendía

Antonio Caño

La captura del presunto asesino material del periodista Manuel Buendía ha cerrado aún más el cerco contra altos funcionarios mexicanos culpables de graves delitos. Con la detención de Juan Rafael Moro, un policía, actor y deportista de 36 años, como autor del crimen parece ponerse punto y final al caso del famoso reportero muerto, pero se abre una etapa de incertidumbre para los cuerpos de seguridad de este país.

Por el momento cuatro comandantes de una de las principales unidades de investigación policial mexicanas han huido de sus hogares por miedo a ser detenidos. Las autoridades los tenían bajo investigación por supuestas conexiones con el caso Buendía y con otros episodios de delicuencia registrados en México en el pasado.Juan Moro fue detenido en la tarde del martes en un edificio de la Ciudad de México y trasladado inmediatamente al edificio de la Procuraduría General de Justicia, donde negó los cargos que se le imputan.

Testigos que reconocieron, sin embargo, a Moro como la persona que se encontraba en el lugar de los hechos el 30 de mayo en 1984 en el momento del asesinato de Buendía. Sólo unos minutos más tarde regresó a ese mismo punto como un miembro más de las patrullas policiales. Los testigos del caso no han sido todavía presentados, con el fin de preservar su seguridad, pero se sabe que entre ellos hay un policía que identificó perfectamente a Moro mientras huía en una moto después de disparar contra el columnista.

Moro era actualmente miembro de la dirección de Inteligencia de la Secretaría General de Protección y Vialidad, uno de los más poderosos organismos en cuanto al manejo de información confindencial en la capital mexicana.

De acuerdo a la investigación oficial, Moro recibió órdenes para asesinar al periodista de parte de su superior, José Zorrilla, ex jefe de la desaparecida policía Federal de Seguridad, también detenido. Las autoridades aseguran que Zorrilla decidió matar a Buendía porque éste estaba dispuesto a publicar las conexiones del alto funcionario con el narcotráfico internacional.

Pero Zorrilla no parece ahora dispuesto a caer solo. En sus últimas declaraciones ante el juez aseguró que periódicamente informaba de sus actividades a la procuradora de Justicia del Distrito Federal, Victoria Adato. Y añadió que le constaba que ésta, a su vez, informaba al ministro de Gobernación de entonces, Manuel Bartlett, actual ministro de Educación.

La posición de Bartlett, que aspiró a la candidatura presidencial por parte del Partido Revolucionario Institucinal (PRI) en las últimas elecciones, se ha hecho muy difícil. El ministro está dispuesto a aguantar el tipo y afrontar un debate público sobre el caso, pero es consciente de que al presidente Carlos Salinas de Gortari le va a ser ya muy difícil tapar la olla podrida que decidió abrir.

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