Mecánica complicada
Las bolsas han entrado en una fase totalmente inactiva que amenaza con agravarse aún más a medida que pasan los días, ya que la mayoría de los inversores están buscando posiciones de liquidez, tanto por la falta de alicientes que ofrece el propio mercado como por la llegada de la última fase del proceso de reforma. Todo el mundo parece haberse puesto de acuerdo para no tener asuntos pendientes en las fechas previas al 29 de julio, ya sea para evitar hipotéticos problemas de liquidación, ya por sustraerse a la previsible bajada de las cotizaciones que producen toda salida de papel. Con este ambiente están discurriendo estas sesiones en las que el volumen negociado empieza a situarse por debajo de los 10.000 millones de pesetas efectivas.Este descenso de actividad está afectando a la mayoría de los sectores, sin que las expectativas particulares de unos cuantos valores supongan aliciente alguno para el dinero. En los pocos casos en los que las compras se han impuesto hay que culpar a la falta de papel de unas subidas de precios un tanto forzadas. La tranquilidad de los mercados monetarios, después de las tensiones de estas semanas, tampoco anima a los inversores a tomar posiciones.
Los valores bancarios han sido un buen resumen de la jornada, con la mayoría del sector orientada a la baja. La inactividad ha llegado al extremo de que ni las posiciones compradoras ni las vendedoras han conseguido encontrar una contrapartida superior al 50%. Las posiciones al cierre, cuando había, eran vendedoras.
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