Los muertos no son todos
Usted se cree seguramente que están muertos todos; pero se equivoca: son la mayoría los que están muertos. La diferencia es de una importancia política de polo a polo. Que no es que entre 'todos' y 'la mayoría' haya una diferencia numérica, a saber, 'la minoría': es que el que sean la mayoría y nunca lleguen a ser todos es algo que está diciendo a cada paso que la muerte no es tan perfecta como ella cree: que sigue habiendo algo vivo por debajo.Se comprende que usted, al salir a la calle y ver que van pasando uno tras otro en el auto personal que les han vendido, todos al mismo sitio, pero cada uno por su cuenta, y con esa cara, que se les ve por el cristal, de saber adónde va cada uno, o al pasar por delante de la discoteca y ver tantos chicos y chicas en montón con un vaso de alcohol con hielo en la mano de lo que les venden, aparentemente tan contentos con su destino, arrastrándose por la moqueta o sentándose en la acera, queriendo a ratos llevar con los pies o la cabeza el ritmo de la murga que les meten, matando tiempo eternamente a la espera de a ver si pasa algo, o cuando vuelve usted a casa y se encuentra todas las caras de su hogar iluminadas ante la pantalla que les suministra la información o ilustración que cada uno de ellos está seguro (se les ve en la cara) que era justamente lo que él estaba deseando que le suministraran a esa hora, en fin, que se comprende que deduzca usted que son todos los que tragan, todos los que están conformes, que no hay nada que hacer por tanto.
Y mejor se comprende todavía teniendo en cuenta que, si llega usted a concluir que son todos, entonces ya dejará de remorderle y soliviantarle el pensar que no, que no puede ser, que es una falsificación intolerable, que habría que levantarse y decir: "Ya no más", y así le resultará más fácil resignarse a ser uno entre todos. Porque ¿no eran todos? Pues entonces ¿qué hago yo aquí pretendiendo no ser uno como todos?
Bueno, pues no: no es verdad que sean todos. Hay muchos por todas partes, por acá abajo, que siguen sintiendo, que se dan cuenta, que con más o menos fortuna lo vocean y lo razonan. No son más que muchos; acaso son hasta pocos, si se les compara con la mayoría, y encima ni se sabe de cada uno de ellos si es de la mayoría o no, o si es mucho o poco de la mayoría; pero ahí están, ahí por debajo andan, y bastan para estropearle el 'todos' y dejar su justificación personal floja de premisas.
Así que por eso, aprovechando lo poco que este Rotativo me deje meter el cuezo entre sus páginas, ya le iré dando a usted noticias de lo que sigue rondando por acá abajo, de los que no son del todo de la mayoría.
Ni hacía tampoco tanta falta que yo se lo contara; porque a ellos ya de por sí se les oye y percibe, a poco que se ponga oído. Es verdad que muchos de ellos, movidos en principio por la ira contra el engaño masivo y la administración de muerte con nombre de vida futura, por el sentido común y la herida de sus corazones populares, luego dejan que el arranque se les desvíe y asimile por entrada del engaño en la rebelión misma, y así se dedican a organizarse para poner bombas en autos policiales o a expresar la íntima tristeza de la metrópolis en libritos de poesía que nadie lee y que, si se descuidan, algún Banco les patrocina, o simplemente a dar salida a la rabia mal interpretada haciendo ruido con guitarras eléctricas o haciendo el gamberro en panda sin pretextos musicales.
Terrorisino y autopistas
Aunque hasta esas formas desviadas y asimiladas de la protesta debe usted andarse con tiento alconsiderarlas: por ejemplo, si le da a usted por indignarse por las 19
víctimas de alguno de esos atentados terroristas, sépase que sólo puede hacerlo si al mismo tiempo y del mismo modo se ha indignado usted por las 59 víctimas del auto
y la autopista en un fin de semana normalito; yo tengo derecho a indignarme y maldecir de las organizaciones terroristas, porque antes y más fuerte me he indignado y maldecido de la imposición por Estado y Capital de los medios de transporte inútiles para la gente y funestos de propina; pero usted, que todavía cree que las muertes por auto son accidentes y que las Empresas y Organismos que las producen como medio de su desarrollo no son responsables como lo son las Organizaciones que promueven los atentados, y que por tanto se calla y traga cuando le dan, en letra pequeña, las cifras de los desastres automóviles finisemanales, usted equitativamente, cuando le den, en letra más gorda, las de un nuevo atentado, trague y cierre el pico.
Pero, aun descontando esas formas de la protesta, inutilizadas por aceptar el mismo modelo de medios de acción que el Poder les suministra, son otros muchos los que siguen por acá abajo pirando por la herida, removiéndose en maneras de rebelión sordas, hasta tratando de decirlo más o menos articuladamente.
Cierto que sucede con ellos muchas veces que, cuando hablan, aceptan también incautamente mucho de la retórica protesta que han heredado de sus padres o de sus tíos, los políticos los filósofos, los periodistas, los literatos, y no aciertan o no acertamos a dar con el lenguaje común y popular que debería ser el primera de la rebelión contra el Poder y su mentira.
Pero, aun así, es elocuente que haya tantos intentos de formulación, por doquiera y más cada día, ya de restos tozudos de hombres y mujeres de militancias antaño, ya de gente más reciente y menos formada: cada dos por tres estoy recibiendo panfletos manifiestos, cartas abiertas, hojas o periódicos de circulación a mano: fijese usted, hoy mismo, sin escoger, tengo aquí al lado en el suelo, de los últimos recibidos una remesa de periódicos murales de 'Agitación', Aptdo. 358, 47080 Valladolid, que sacan algunos escándalos de actualidad política, unas cuantas espirales, que ellos dicen, o cartas públicas, que tratan de penetrar a fondo en aspectos de la miseria, remitidas por una cierta desorganización bajo nombre del Secretario de la Escuela Popular de Prosperidad, General Zabala, 10 bis, 28002 Madrid; y los ya viejos amigos de la Asociación Antipatriarcal (o sea por lo niño contra los mayores), Aptdo. 58018 Madrid, que mandan su segundo Boletín nº1, donde, entre otras cosas, dan señas de otros demandados de calaña semejante con los que están en comunicación, entre ellos los de 'Contracorrent', Perill 52 baixos, 08012 Barcelona; y tantos otros que sólo con citarlos llenarían casi tantas páginas de este Rotativo como las que ocupan los anuncios de que ha salido un auto nuevo.
Así que tómelo usted como testimonio de que hay muchos que no, aunque sean pocos, de que los muertos no son todos sino sólo la mayoría. Y ya en otra entrega de esto, si llega a haberla, le explicaré más detenidamente lo de la diferencia entre 'todos' y 'la mayoría', donde van a naufragar sus ilusiones democráticas, que consistían justamente en tomar la mayoría como todos; y de paso, le seguiré dando noticias de las cosas que me entere de que pasan por acá abajo.
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