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ELECCIONES EN EUROPA

La abstención gana elecciones al Parlamento Europeo

La marea socialista que iba a sumergir al Parlamento Europeo será finalmente una marejadilla, y el fenómeno más llamativo de las terceras elecciones al Parlamento Europeo por sufragio universal directo es, probablemente, la abstención, que asciende al 41,4% del electorado, a pesar de que en cuatro países de la Comunidad Europea (CE) el voto es prácticamente obligatorio.Junto con el avance de los verdes en cuatro Estados miembros -Reino Unido, Italia, Bélgica y Francia-, el escrutinio ha reservado además una sorpresa: la progresión de la extrema derecha en Bélgica, Francia y sobre todo en la República Federal de Alemania (RFA), donde por primera vez logra rebasar el 5% necesario para estar representada en los hemiciclos de Bonn o Estrasburgo.

Los últimos cálculos de Eurostat, el instituto estadístico comunitario, preveían que los socialistas obtendrían, gracias al triunfo laborista en el Reino Unido, 14 escaños suplementarios en la Asamblea de Estrasburgo y su grupo contaría con 181 diputados, sobre un total de 518, en lugar de los 166 actuales. En otros cinco países de la Comunidad Europea -Dinamarca, Francia, Portugal, Italia e Irlanda- la izquierda no comunista mejora sus resultados con relación a las europeas de 1984, mientras en España y Luxemburgo permanece estable.A pesar de la modestia de su victoria, achacable al estancamiento de los socialdemócratas alemanes, a la derrota del Partido Socialista Panhelénico griego (PASOK) y a la compresión del voto socialista en el Benelux, el presidente del grupo en el Parlamento, el alemán Rudi Ardnt no dudó en revindicar el domingo por la noche la presidencia de la Asamblea para uno de sus correligionarios.

Pérdida de los comunistas

"Tengo grandes dificultades para percibir la aplastante mayoría de izquierdas que pronosticaban algunos", le contestó implícitamente el actual presidente del Parlamento, Lord Henry Plumb. A este conservador británico no le falta razón, porque el grupo comunista, al borde de la ruptura entre italianos y galos, pierde siete escaños a causa, esencialmente, del declive electoral de los italianos con respecto a 1984.

Plumb cesará probablemente en el cargo cuando el 25 de julio se celebre en Estrasburgo la primera sesión plenaria de la nueva Asamblea y la elección de su sustituto pondrá entonces de relieve la nueva relación de fuerzas en el hemiciclo. Entre los nombres que se barajan para sucederle figuran, por la izquierda, el del francés Jean Pierre Cot, el holandés Piet Dankert, y el español Enrique Barón, mientras que entre los democristianos suena el del ex ministro belga de Asuntos Exteriores, Leo Tindemans, y entre los liberales el del ex jefe de Estado francés Valery Giscard d'Estaing.

Ardnt, Plumb, y los demás políticos que acudieron a la velada electoral en la sede bruselense del Parlamento, se declararon "decepcionados" por la baja participación en estos comicios europeos.

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Alta abstención

Sólo el 58,6% -un 2,4% menos que en las elecciones de 1984 de los 240 millones de europeos se desplazaron hasta los colegios electorales y, si se exceptúan los países donde el voto es obligatorio o donde los comicios europeos coincidían con los generales, el porcentaje cae por debajo del 50%. Aunque los británicos que acudieron a votar fueron algo más numerosos que hace cinco años, el Reino Unido sigue ostentando el récord del abstencionismo, con la elevada cifra del 63% del electorado.

El grupo democristiano conserva su segundo lugar en importancia en la Asamblea de Estrasburgo, con 123 diputados, gracias sobre todo a la incorporación de los seguidores de Marcelino Oreja, del Partido Popular español. Sin esta incorporación, el grupo habría perdido cuatro escaños, pasando de 112 a 108. La ligera compresión de las filas democristianas se debe, en gran parte, al revés sufrido por el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, que cede nueve escaños, aunque, en contra de los pronósticos, logra mantenerse como primer partido alemán. Su homólogo holandés, Ruud Lubbers, no padece, en cambio, el desgaste del poder y su partido consolida su mayoría relativa.

Liberales

La otra gran corriente ideológica del centroderecha, los liberales, apenas resultan afectados por la pérdida de un escaño. La vuelta al hemiciclo de los alemanes del FDP, del que quedaron excluidos en 1984, compensa prácticamente el retroceso de sus correligionarios holandeses y belgas. Pero el ingreso del Centro Democrático y Social (CDS) español en su grupo de 44 diputados podría acabar de borrar el impacto del relativo fracaso liberal en el Benelux.

Los verdes son, sin lugar a dudas, los que proporcionalmente más mejoran su situación en el hemiciclo de la capital de Alsacia. Los defensores del medio ambiente progresan ligeramente en Bélgica, RFA e Italia y obtienen un auténtico triunfo en Francia, donde rondan el 11 %. Aunque el sistema electoral británico les impida sacar partido de su espectacular avance en el Reino Unido (15%), el número de sus eurodiputados pasará de 20 a 35 si alemanes y franceses se ponen de acuerdo para formar un mismo grupo.

Destino de Ruiz-Mateos

La progresión más llamativa, después de la de los verdes, es la de la extrema derecha cuyo grupo, Derechas Europeas, aumentará sus escaños de 16 a 22 gracias a la aportación de 6 eurdiputados republicanos alemanes que se añadirán a los 10 franceses, seis italianos y un belga flamenco. No se considera probable que la Agrupación de Electores de José María Ruiz Mateos sume sus fuerzas a las de este grupo de partidos que han centrado su campaña en la necesidad de reducir la población extranjera residente en sus respectivos países.

El presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, se mostró en la noche del domingo preocupado por el ascenso de una "extrema derecha que significa intolerancia, racismo y xenofobia y que debe ser combatida". Pero lo que llamó "la inflexión hacia la izquierda" del nuevo Parlamento satisfizo al socialista que dirige el órgano ejecutivo comunitario porque, dijo, "me va a ayudar a explicar mejor la importancia de la dimensión social de la construcción europea".

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