Mitsotakis ofrece formar un Gobierno de 'catharsis'
Constantino Mitsotakis, líder de la oposición conservadora de Nueva Democracia, se ofreció ayer a dirigir un Gobierno provisional en Grecia que aplique la catharsis (es decir, que haga posible el castigo a los responsables del escándalo Koskotas) y a preparar nuevas elecciones, que se celebrarían "dentro de unos pocos meses". Como jefe del partido más votado el pasado domingo (obtuvo 144 de los 300 escaños del Parlamento de Atenas), Mitsotakis recibirá hoy del presidente de la República, Christos Sartzetakis, el encargo de intentar formar Gabinete. El primer ministro, Andreas Papandreu, presentó ayer su dimisión formal.
Con la práctica totalidad de los votos escrutados, Nueva Democracia (ND) cuenta con el 44,3% y 144 diputados (a siete de la mayoría absoluta); el PASOK, con el 39,10 (125) y la Coalición de Izquierda con el 13,01% (29). Los otros dos diputados corresponden a Renovación Democrática, conocida como Diana, que dirige el disidente de ND, Constantino Stefanopulos, y al GVEN, una lista musulmana de la región de Tracia, fronteriza con Turquía. En los últimos comicios, celebrados en 1985, el PASOK obtuvo 161 escaños con el 45,82%. de votos, gracias a un sistema que favorecía claramente al partido ganador y que fue cambiado hace unos meses en beneficio fundamentalmente de los comunistas, que, pese a mejorar muy ligeramente, doblan sobradamente el número de sus diputados.El líder de ND, que denunció las elecciones como las más desorganizadas y caóticas de la historia democrática griega, aseguró que el eje de la campaña había sido la catharsis y que para él constituye una "cuestión de honor" que se ponga en práctica. El objeto de su propuesta es evitar la amnistía de facto que se produciría si el Parlamento elegido el do ' mingo no aprueba el procesamiento de los implicados en el escándalo Koskotas, quienes, en su opinión, deberían ir a la cárcel.
Gabinete provisional
El Gabinete que ofrece Mitsotakis a las otras fuerzas políticas (con la exclusión del PASOK) sería provisional; no trataría de los asuntos en los que existiesen diferencias sustanciales entre los partidos; podría tener hasta dos ministros que no fueran de ND y perseguiría cuatro objetivos. El líder conservador los expuso así:
1. Restaurar el funcionamiento de la democracia, lograr una televisión y una radio libres y acabar con el estado del partido.
2. Aplicar la catharsis con la Constitución y los procedimientos parlamentarios en la mano.
3. Instaurar la transparencia en la acción de Gobierno.
4. Fijar una fecha consensuada para celebrar unas elecciones honestas.
Estos comicios, aclaró Mitsotakis, se efectuarían con la actual ley electoral que, una vez que el PASOK perdiera el control del Estado, no evitaría, según él, que ND obtuviese la mayoría absoluta. "Los socialistas podrían darse por contentos si logran el 29% de los votos". Como no podía ser menos, Mitsotakis considera muy razonable su propuesta, habida cuenta de las autolimitaciones que se impondría ese Gobierno. "Si la Coalición de Izquierdas fuera el primer partido del país, yo estaría dispuesto a aceptar una oferta similar", dijo. "Este grupo se ha comprometido públicamente, al igual que nosotros, con la catharsis".
La victoria, clara pero insuficiente, de la oposición conservadora de Nueva Democracia (ND) sobre el gubernamental Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) el pasado domingo pone en Grecia, otra vez, en la senda que conduce a las urnas. Y pronto. Es imposible formar una mayoría absoluta en el Parlamento de Atenas, de 300 miembros, sin contar con los 29 diputados de la coalición de Fuerzas de Izquierda y de Progreso (formada por comunistas, Izquierda Griega y algunos independientes y disidentes del PASOK), pero el precio que ésta pondrá probablemente a su apoyo será muy alto para los socialistas: la retirada de su líder, el primer ministro Andreas Papandreu, de 70 años.
La situación es complicada. Tanto el primer ministro socialista, Andreas Papandreu como Constantino Mitsotakis, líder de Nueva Democracia, de 70 años, aseguraron a EL PAÍS hace unos días que si ningún partido obtenía la mayoría absoluta la única solución sería celebrar nuevos comicios. Pero hay otras posibilidades. La más natural sería, tal vez, una coalición entre el PASOK y la alianza izquierdista, en la que los comunistas tienen un peso preponderante. Juntos reunirían 154 escaños, tres más de los necesarios, pero la cuenta podría no salir tan redonda, especialmente si los socialistas rechazan la condición de cortar la cabeza a su carismático dirigente, que pasa por un momento crítico de su vida personal y política.
Mitsotakis será el primero en recibir el encargo de formar Gobierno, pero es casi seguro que fracasará en el empeño. No es probable que el PASOK corra mejor suerte. Será entonces el momento de la coalición de izquierdas, que intentará hacer realidad su proyecto de Gobierno de progreso, que excluye al partido conservador, pero que mira al socialista con una condición: la exclusión de Papandreu y de todo su entorno de sospechosos de implicación en el escándalo.
'Escándalo Koskotas'
Koskotas, de 35 años, que espera en una prisión norteamericana la decisión de la justicia sobre la demanda de extradición a Grecia, escamoteó cerca de 30.-000 millones de pesetas del Banco de Creta que presidía y poseía, y, según confesó a la revista Time, hizo llegar un buen puñado de ellos a manos de altos dirigentes del PASOK y del Gobierno, incluido el propio Papandreu.
El caso se ha convertido en la punta de lanza de la oposición de derecha y de izquierda que, durante la campaña, exigió un proceso de catharsis (purificación) que, curiosamente, sólo podría poner en práctica el Parlamento elegido el domingo. Si no es así, la próxima Cámara no tendrá ya atribuciones para autorizar que los altos cargos de la Administración supuestamente implicados comparezcan ante la justicia. Si las cosas marchan como apunta la lógica, el próximo Gabinete se limitará a gestionar una transición ordenada hasta las nuevas elecciones que, por otra parte, no está garantizado que permitan superar el actual bloqueo. Para lograrlo, sería necesario volver atrás, cambiar de nuevo la ley electoral para favorecer al partido ganador. Algo a lo que los comunistas se resistirían con uñas y dientes. El eventual acceso de éstos a los aledaños del poder es visto, además, con una no disimulada preocupación en medios de la OTAN y de Estados Unidos.
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