La ética en EE UU

Las acusaciones de corrupción política contra el ex presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el demócrata Jim Wright, han colocado su figura bajo una ambigüedad moral evocada por los detalles de sus finanzas privadas. Depués de todo, Jim Wright es de Tejas, y la tradición de los poderosos políticos texanos incluye una misteriosa capacidad para amasar inmensas fortunas sirviendo a la Administración. Pero sus transgresiones éticas tienen muy poco empaque y sugieren que han sido hechas por un hombre con muy cortas miras y mal gusto.La caída de Wright por cuestiones éticas supondrá una pérdida sensible para los demócratas, aunque la política gane un admirable refuerzo respecto a la ética de sus políticos. Los demócratas pierden a un político que no sigue en absoluto la actual tendencia del partido a no decir nada y no hacer nada en política, a esperar los movimientos del presidente Bush para luego comentarlos. Wright no tiene inconveniente en embarcarse en polémicas, aunque no siempre sean del agrado de sus aliados.

Mientras los líderes de demócratas y republicanos no aborden una reforma en profundidad que afecte a la ética política, los medios de comunicación ofrecerán periódicamente el drama de un político que ha de dimitir de su cargo por falta de ética o corrupción en su actividad pública o su vida privada. Pero la gente no estará satisfecha por ello. Sólo mostrará su disgusto.

17 de junio