La oposición cree haber convencido a Mitterrand de que hay que ayudar a Polonia

El presidente de Francia, François Mitterrand, concluyó ayer su visita de tres días a Polonia aparentemente convencido, tras sus conversaciones con la oposición, de que Europa occidental debe ayudar a este país del Este. El viaje del mandatario galo se produjo entre la primera y la segunda ronda de las elecciones legislativas polacas y tras la rotunda victoria de la oposición en la primera de ellas. En esta situación, políticamente incómoda, Mitterrand ha optado por mantener conversaciones con todos los actores del proceso político polaco: las autoridades comunistas, que seguirán en el poder en Polonia a pesar de su derrota en los comicios; la oposición, que cuenta con el apoyo de la mayoría abrumadora de los polacos; y la Iglesia católica, que juega un papel de moderador e intermediario entre estas dos fuerzas.

El elemento más importante de la visita de Mitterrand tanto para las autoridades como para la oposición ha sido su aspecto económico en el contexto de la ayuda francesa a Polonia y del apoyo francés en las instituciones financieras internacionales, sobre todo en el Club de París.

Mitterrand prometió ser en el Club de París el abogado de la causa polaca. Tras su encuentro con el presidente francés, el líder de Solidaridad, Lech Walesa, mostró un cauto optimismo. "Creo que hemos logrado convencer al señor presidente que vale la pena y se debe ayudar a Polonia". Según Solidaridad, Polonia necesita la reestructuración de su deuda externa, de 40.000 millones de dólares, y créditos del orden de 10 millones de dólares en los próximos tres años.

El efecto concreto del viaje de Mitterrand son 1.000 millones de dólares de la deuda polaca con Francia, cuyo pago será aplazado hasta 1993; 100 millones de dólares en créditos a corto y medio plazo, y garantías para las inversiones francesas en Polonia.