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ELECCIONES EUROPEAS

Los irlandeses, poco dispuestos a darle carta blanca a Charles Haughey

Los irlandeses estaban ayer dispuestos a negar por quinta vez a Charles Haughey su ambición de formar un Gobierno de mayoría en Dublín. Los resultados finales de las elecciones no se conocerán hasta mañana, pero los sondeos de opinión y las apuestas indicaban que el astuto primer ministro se ha equivocado al convocar elecciones anticipadas con ese único objetivo. Ante las elecciones generales, las europeas han sido como un sutil fantasma en la isla esmeralda.

Haughey, en su mejor estilo, volvió a esgrimir, pocas horas antes de que los ciudadanos de la República de Irlanda acudieran a las urnas, el espantajo del caos. A los electores les dijo que habían de elegir "entre un Gobierno de mayoría del Fianna Fail [su partido] o un período de incertidumbre e inestabilidad que tendrá desastrosas consecuencias para la economía".Los irlandeses que depositaron ayer su voto, en torno al esperado 70%, no parecían afectados por la advertencia y, según los sondeos, volverán a producir un Parlamento casi exacto al que Haughey disolvió alegando -sin razones sólidas, lo que la población le ha echado en cara- que le planteaba trabas a la puesta en práctica de sus políticas: un Fiana Fail próximo a la mayoría absoluta, para la que necesita 83 escaños, tres más de los que poseía, seguido de lejos por los partidos de la oposición.

El consenso de facto existente en la anterior legislatura entre Gobierno y oposición es el que más va a sufrir por el cálculo erróneo hecho por Haughey. Desde las elecciones de febrero de 1987, Fianna Fail -que asumió sin recato el programa de la oposición del que había renegado en la campaña electoral-, consiguió el apoyo parlamentario de sus rivales en cuestiones importantes. Ahora, la coalición centrista Fine Gael-Demócratas Progresistas ha dicho que votará contra el nombramiento de Haughey como primer ministro, si bien los analistas predicen que tendrán que seguir apoyando a Haughey, aún a regañadientes, para evitar otra indeseada consulta. La oposición, encabezada por un Alan Dukes que comparece por primera vez como líder del Fine Gael, ha conseguido remontar su debilidad incial, no lo suficiente como para formar Gobierno pero sí lo necesario para amargar a Haughey. El primer ministro irlandés presenta en su haber una brillante lista de logros en política macroeconómica y a ellos ha apelado para atraer a los votantes. La inflación está en el 3,5%, el déficit presupuestario se ha reducido a la tercera parte y los tipos de interés no son altos. La credibilidad económica de Irlanda es ahora mucho mayor que hace dos años, aunque existe un 18% de paro.

Son heridas autoinfligidas las responsables de que el electorado se manifestara ayer, si se confirman los indicios, contra Haughey. Su reconocimiento de la ignorancia de los efectos que los recortes presupuestarios han tenido en la sanidad han encrespado a muchos votantes, que le reprochan el ser un jefe de Gobierno alejado de la realidad; la decisión gubernamental de imponer licencias a la pesca deportiva y la resistencia popular a la medida, una batalla que dura ya 18 meses y que ha producido daños en la industria turística, le. ha enajenado decenas de miles votos muy necesarios cuando se trata de superar el límite seminatural dc apoyo popular.

La campaña por los 15 esca ños europeos ha pasado desapercibida y de cara al exterior el interés estriba en conocer cual sería el destino del candidato Patricl Ryan, un religioso relacionado con el Ejército Republicano Irlandrés (IRA) cuya extradición desea el Reino Unido. En Dublín, no se espera que Ryan vaya muy allá. El Sinn Fein, brazo político del IRA, no es santo que cuente con gran devoción en la República de Irlanda.

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