La Generalitat no ha inspeccionado la residencia geriátrica de Vallvidrera desde hace cuatro años
Los servicios sociales de la Generalitat no han inspeccionado la residencia geriátrica de Vallvidrera, que internaba ilegalmente a enfermos mentales, desde 1985. Según los responsables del servicio, no se inspeccionó en cuatro años porque no había denuncias. La residencia de Vallvidrera forma la asociación ASCRE junto con otros tres centros geriátricos. El juez llamará a declarar a familiares de los enfermos, que aún no se han interesado por el caso.
En la puerta de entrada de la residencia de Vallvidrera se puede ver una placa con la siguiente inscripción: ASCRE, Centro Homologado. El departamento de Bienestar Social aseguró desconocer a qué tipo de homologación se puede referir. En la planta sótano de la residencia, el juez, Josep Maria Pijoan encontró el domingo a 16 enfermos mentales internados ilegalmente y que, en ocasiones, golpeaban a varios ancianos. A estos pabellones se accede por una puerta que el juez encontró cerrada.La asociación ASCRE, presidida por Francisco Jodar, está inscrita como entidad sin afán de lucro, aunque en opinión de portavoces de la Generalitat, detrás de esta calificación se encubren actividades especulativas. Al no tener oficialmente afán de lucro, la residencia -que cobraba por un interno de 75.000 hasta 250.000 pesetas mensuales- podría tener ventajas fiscales.
El responsable de Bienestar Social, Antoni Comas, ha recibido varias denuncias de los centros regentados por Jodar, algunas de las cuales han concluido en denuncias ante el juzgado. Una de ellas se produjo en junio por una supuesta detención ilegal, siempre según la Generalitat. Los otros dos centros de ASCRE en Barcelona están situados en la Gran Vía y en la calle Aguilar. La misma sociedad posee otra residencia de Cubelles, ubicada en la avenida Catalunya.
Un vecino de la residencia del número 435 de la Gran Vía de Barcelona manifestó ayer a este periódico que hace más de medio año denunciaron ante la Generalitat la suciedad y los malos olores que salían del piso dedicado a la residencia geriátrica.
En el piso, de 250 metros cuadrados útiles, viven 25 ancianos, algunos de los cuales están enfermos, según el vecino. Este hombre precisó que Francisco Jodar vive en el mismo inmueble y que la comunidad le ha planteado en repetidas veces las quejas por la suciedad que provoca la residencia y, sobre todo, por los olores a orina. En una ocasión Jodar les contestó que lo sentía, pero que no podía hacer nada porque "los viejos huelen", de acuerdo con las manifestaciones del vecino. La Generalitat agradeció la colaboración de los vecinos, pero no adoptó medida alguna.
Ninguno de los centros de ASCRE pertenece a la red de residencias geriátricas públicas y tampoco está subvencionado por la Generalitat. El departamento de Bienestar Social de la Generalitat precisó que las residencias geriátricas de Cataluña están divididas en dos grupos, las autorizadas y las no autorizadas. Los centros de ASCRE pertenecían a éste último grupo, si bien habían iniciado la tramitación para inscribirse en el registro de Servicios Sociales de la Generalitat.
El expediente se encuentra en tramitación pendiente de un paso previo, el de la concesión por parte del ayuntamiento de la licencia municipal. La Generalitat subrayó que ninguno de los centros dirigidos por Jodar ha sido subvencionado.
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