Fuertes presiones para que la banca reduzca la deuda mexicana

Las negociaciones entre el Gobierno mexicano y el comité de bancos acreedores, que encabeza el norteamericano Citicorp, se reanudaron ayer en Nueva York bajo el convencimiento por parte de los representantes mexicanos de contar con ayuda, tanto de Estados Unidos como de los organismos internacionales, para conseguir un acuerdo. Las autoridades mexicanas han advertido a sus acreedores, según fuentes extraoficiales, que anunciarán una suspensión de pagos si en un plazo de menos de 10 días no reciben una contraoferta generosa.

El propósito inicial de México es reducir la deuda en un 55%. Según han confirmado distintas fuentes oficiales, el Gobierno cree estar actuando de acuerdo a las propuestas del Plan Brady, por lo que espera finalmente conseguir una contraoferta generosa. Las autoridades mexicanas centran gran parte de sus esperanzas en la presión que pueda ejercer Estados Unidos, cuya contribución fue decisiva para que México pudiese llegar en meses anteriores a acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Club de París. A este respecto, la agencia Efe informaba ayer que Rudiger Dornbush, asesor económico del presidente estaodunidense, George Bush, manifestó en una visita a la capital mexicana que si la banca comercial no concede una disminución del 40% de la deuda mexicana, tanto la Reserva Federal de su país como el FMI, el Banco Mundial y el Interamericano de Desarrollo, apoyarían la suspensión de pagos. Posteriormente, un portavoz del Banco Mundial negó tal posibilidad, al menos en lo que a este organismo concierne. Según el portavoz, el banco no apoyaría una presunta moratoria unilateral mexicana en el pago de sus obligaciones.El apoyo a la suspensión de pagos por parte de la Reserva Federal, sin embargo, fue citado también en una conferencia de prensa ofrecida esta semana en Guadalajara, México, por un grupo de expertos internacionales. México debe a la banca privada casi 60.000 millones de dólares.

Página 61