La CE plantea la renovación del tratado con la convención de Lomé

, La Comunidad Europea y los 66 países de África, Caribe y el Pacífico integrados en la Convención de Lomé iniciaron ayer en Bruselas la tercera reunión para la renegociación del tratado de cooperación que expira este año. Con este Consejo de Ministros CE-ACP la presidencia española cierra el primer tercio de unas conversaciones en las que se han registrado pequeños avances, pero que no ha podido resolver ninguno de los grandes problemas que separan a las dos partes.

"No esperamos grandes progresos de esta reunión", manifestó el comisario Manuel Marín, responsable de la política de cooperación de la Comunidad. La delegación española, encabezada por el secretario de Estado de Cooperación, Luis Yáñez, tampoco cree que en estos tres días de conversaciones pueda irse más allá de un "acercamiento de posiciones". En opinión del presdiente del grupo ACP, el primer ministro de las islas Fidji, Ratu Sir Kainisese Mara, "queda mucho camino por recorrer". La recta final del acuerdo se alcanzará a final de año, bajo presidencia francesa, aunque la firma se demorará probablemente hasta los primeros meses de 1991.

Presidencia española

En el semestre de presidencia española se han obtenido progresos en materia de derechos humanos y sobre la prohibición de exportar o acoger en su territorio, respectivamente, desechos industriales tóxicos. Falta sin embargo concretar los puntos eje del acuerdo, como son la mejora del régimen de comercio, las ayudas a las materias primas básicas que producen los países ACP, el llamado ajuste estructural para fomentar una diversificación que elimine sus dependencias.

Los ACP piden que la CE duplique la ayuda al desarrollo, que actualmente asciende a 8.500 millones de ECU (1,1 billones de pesetas) para un período de cinco años. Pretenden además que se les garantice el 50% del valor de la transformación, comercial¡zación, distribución y transporte de los productos que exportan y demandan el apoyo para unos programas de ajuste estructural que eliminen su actual dependencia económica y suavice el peso de la deuda externa. Los países de la CE, aunque reconocen que sus balanzas comerciales se han deteriorado a causa del descenso del precio de las materias primas, se resisten a fijar porcentajes y cantidades que aumenten significativamente sus actuales compromisos.