La ejecución del Plan General ha agravado los problemas de tráfico y vivienda, según el Ateneo Madrileñista
Existe una contradicción entre los objetivos sociales declarados en el Plan General de Madrid y las políticas dirigidas a cumplirlos desarrolladas por los poderes públicos, y en especial por el Ayuntamiento. Objetivos como asegurar a los madrileños el derecho a residir en su ciudad y no verse expulsados por la especulación inmobiliaria no sólo no se han cumplido, sino que la situación es peor que hace cinco años. La degradación del tráfico en la capital es el otro gran fracaso de la gestión municipal. Éstas son las principales conclusiones del informe sobre Madrid realizado por un equipo de sociólogos por encargo del Ateneo Madrileñista, entidad que agrupa numerosas asociaciones de vecinos y culturales.
A la presentación de este informe asistieron también miembros de la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat), de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, de la Coordinadora de Asociaciones Culturales de Madrid, de Vallecas Todo Cultura y de otros muchos colectivos de base.Las políticas municipales de vivienda y de tráfico y transporte público son, según el informe, los grandes fracasos del Ayuntamiento de Madrid. En los objetivos del Plan General figuraban como temas prioritarios evitar la segregación social, corrigiendo la tendencia a la ocupación del centro de la ciudad por oficinas e inmuebles de lujo, con la consiguiente expulsión de las familias de menores recursos económicos.
Este objetivo no sólo se ha incumplido, sino que la política llevada a cabo por el Ayuntamiento, en opinión de los redactores del informe, ha propiciado justamente lo contrario: la especulación del suelo, la entrega al sector privado de los terrenos de las grandes operaciones urbanísticas y las 19 bolsas de pobreza; el descenso casi total de construcción de viviendas de protección oficial (VPO) -en 1988 se llegó a la situación límite de no reservar suelo alguno para las VPO- ha creado una situación en la que casi la mitad de las familias madrileñas no tienen ninguna oportunidad de acceder a una vivienda. Madrid ha perdido en los últimos 10 años 170.000 habitantes, en su gran mayoría de los distritos centrales. El propio consejero de Política Territorial, Eduardo Mangada, ha afirmado que "se está profundizando más que nunca la segregación social en Madrid".
La política de tráfico y transporte ha sido el segundo gran fracaso del Ayuntamiento. El informe señala que no se trata de que no se hayan hecho inversiones. Al contrario, en estos años se han destinado miles de millones, pero que no se han dirigido a modernizar y promocionar el transporte público, sino a la ampliación de la red viaria, lo que ha supuesto mayores facilidades para el automóvil privado y finalmente la congestión del tráfico. "El viario primario vuelve a ser el objetivo básico", continúa el informe. "Así, de los 250.000 millones de inversión previstos en el nuevo plan de transportes para Madrid, 120.000 millones se destinan al aumento de la red primaria". Al final, lo conseguido es que el promedio de velocidad en la ciudad -que en 1981 era de 25 kilómetros por hora- haya caído a los actuales 16 kilómetros por hora en el centro de Madrid.
Otro ejemplo de la falta de atención hacia el transporte público analizado en el informe es el retraso y los incumplimientos del plan de cercanías de Renfe. Todavía quedan poblaciones importantes, como Alcobendas y, San Sebastián de los Reyes, que no cuentan con trenes de cercanías.
Esfuerzo inversor
El informe reconoce el tremendo esfuerzo inversor realizado por el Ayuntamiento y otras administraciones en reequilibrar los equipamientos colectivos, de forma que en estos últimos años se ha mejorado sustancialmente el número de instalaciones deportivas, centros culturales, zonas verdes, etcétera, en el sur de la ciudad. Sin embargo, el esfuerzo ha sido insuficiente y ha quedado desvirtuado por los problemas de la vivienda y el paro, que ha marginado a parte de la poboación.El informe destaca que la política neoliberal seguida por el actual equipo de gobierno municipal es fiel reflejo de las directrices del mismo signo emanadas desde el Gobierno de la nación.En ese nuevo contexto político, una de las consecuencias más negativas para la vida ciudadana ha sido el apartamiento de las asociaciones de vecinos y los colectivos de base en los procesos de toma de decisiones. En estas circunstancias, el Ayuntamiento de Madrid se ha apartado de los objetivos sociales y se ha centrado en los objetivos puramente económicos, de incremento de la riqueza, pero sin atender a su distribución, de forma que "el crecimiento sólo ha beneficiado a una pequeña parte de la población, en detrimento de la calidad de vida de la rnayoría".
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