El mundo árabe reconoce la existencia del Estado de Israel
Los jefes de Estado de los países de la Liga Árabe admitieron ayer por primera vez, en las conclusiones de la cumbre de Casablanca, la existencia del Estado de Israel al aceptar la resolución 242 de las Naciones Unidas, que proclama el derecho de todos los Estados de la región a "vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas". Pese a que la cumbre rechazó por completo el plan de paz del primer ministro israelí, Isaac Shamir, para unas elecciones controladas en los territorios ocupados, nunca antes una reunión de este nivel árabe había llegado tan lejos en el reconocimiento de su enemigo judío.
La cumbre árabe, que acogió por primera vez en 10 años a Egipto, concluyó sus trabajos con 48 horas de retraso, debido a las ásperas disputas entre sus miembros sobre la cuestión libanesa, sobre la cual no se consiguió acuerdo. Siria, con su firme oposición a cualquier retirada de sus tropas del país de los cedros, hizo fracasar todos los intentos de encauzar una salida para esa torturada nación.Según el rey Hassan II, anfitrión de esta cumbre, la reunión se caracterizó por un "vivo diálogo" entre los líderes asistentes, lo que prueba, en su opinión, la "buena salud del corazón árabe".
Entre los momentos intensos de la cumbre se encuentran los fuertes enfrentamientos verbales entre el sirio Hafez el Asad y el iraquí Sadam Husein sobre la situación en Líbano. Irak no ocultó su apoyo al reducto cristiano de Líbano que, encabezado por el general Michel Aoun, se enfrenta con las milicias apoyadas por los sirios.
La cumbre decidió crear una comisión de tres jefes de Estado -los reyes Hassan II y Fahd y el presidente argelino, Chadli Benyedid- para seguir la crisis libanesa y tratar de encontrar una solución.
En cuanto a la situación palestina, los países más moderados lograron convencer a Siria y Libia para convocar una conferencia internacional sobre la base de las resoluciones 242 y 338 de las Naciones Unidas.
La resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, de noviembre de 1967, propone en su punto primero "el reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de cada Estado de la zona y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, libre de amenazas y actos de fuerza". La resolución 338, de octubre de 1973, exige la aplicación de la resolución anterior e insta a las partes a iniciar negociaciones de paz.
Las conclusiones de la cumbre en este apartado implican un importante triunfo de la actual estrategia moderada de Yasir Arafat frente a las posiciones más radicales. La cumbre entregó un respaldo explícito a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), a la que calificó como "único representante del pueblo palestino", y descalificó, como quería Arafat, el plan de Shamir de convocar elecciones restringidas en los territorios ocupados.
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