La clave, en la ruleta francesa
La dirección del casino confiere a las propinas un carácter decisivo para sus ingresos, pero no es menos el que le conceden los empleados. Mientras que un croupier de primera cobra de sueldo neto mensual unas 105.000 pesetas, en concepto de propinas puede recibir unas 60.000 pesetas, según afirma Gonzalo Ganaza. Javier Dandy, que es jefe de mesa de segunda, con 10 años de antigüedad en la empresa, al igual que el anterior, dice cobrar unas 119.000 pesetas netas mensuales y propinas por alrededor de 60.000 pesetas.Esta última cantidad es idéntica para todos los empleados de la sala de juego, ya que el reparto de la suma total que corresponde a los trabajadores se realiza por secciones, sin atender a categorías, indican Ganaza y Dandy, a su vez miembros del comité de empresa.
Los empleados de caja perciben, en concepto de propinas, unas 50.000 pesetas; los de recepción, 45.000, y 14.000 quienes trabajan en mantenimiento, según apuntan ambos empleados, que citan cantidades aproximadas. Con el aumento que se pretende, los proceniajes aumentarían notablemente.
Todos señalan que para conseguir una recaudación de propinas cuantiosa es preciso que coincidan numerosos factores, pero sobre todo uno, cuyo buen funcionamiento permite conseguir pingües beneficíos.
Se trata de la ruleta francesa, más lenta que la americana y donde los "máximos son más altos y el croupier está obligado a colocar las apuestas", asegura Dandy antes croupier que jefe de mesa. Éste y sus compañeros elogian la elegancia del juego y recuerdan con cierta nostalgia aquella noche de verano, hace ya tres años, cuando lograron recolectar 1,6 millones de pesetas en propinas: "Si consiguiéramos eso todos los días, no veas la que se iba a liar".
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