Renfe pone en servicio el túnel Laguna-Embajadores nueve meses después de estar acabadas las obras
Nueve meses hace que acabaron las obras y el túnel Laguna-Embajadores aún no ha visto la luz. Deudas de Renfe con Iberduero, problemas de suministro eléctrico en la línea, falta de potencia de las máquinas para subir las pendientes... La obra, que ha costado 5.440 millones de pesetas, ha sorteado una carrera de obstáculos con unos claros perdedores: los cerca de 60.000 viajeros de la línea Madrid-Móstoles. Renfe asegura que todo está resuelto y ha anunciado su apertura para este domingo. Los trabajadores afirman que seguirán existiendo problemas cuando el tramo entre en servicio.
A la cuarta va la vencida. Después de tres inauguraciones frustradas (el verano pasado, en diciembre y en enero), el polémico túnel parece estar listo para recibir la avalancha de pasajeros dentro de dos días.Al menos eso es lo que oficialmente ha comunicado la compañía ferroviaria, a pesar de las dudas con que los trabajadores han acogido este nuevo anuncio.
José Escudero, secretario de¡ sindicato provincial del ferrocarril de CC OO, afirma que las pruebas realizadas en las últimas semanas han confirmado una vez más que las máquinas tendrán "grandes problemas para subir las pendientes bajo el río Manzanares".
Según Escudero, las unidades UT-440, que llevan operando desde 1974 y prestan el servicio entre Móstoles y Madrid, no tienen suficiente potencia para remontar las pendientes del nuevo trazado (superiores al 20 por mil). El portavoz de CC OO afirma que el problema no estará solucionado hasta que se incorpore nueva maquinaria (UT-446) antes de fin de año.
Uno de los últimos informes sobre las pruebas realizadas en el tramo, el pasado 12 de abril, llega a esta conclusión: las máquinas UT-440 tendrán serias dificultades para remontar las rampas al 75% de su potencia si el tren va lleno.
En opinión de Escudero y de otros trabajadores de Renfe consultados, esta situación puede plantear graves problemas de seguridad dentro del túnel, sobre todo en el caso de una avería o si el tren se ve obligado a arrancar en plena pendiente.
Los 60.000 viajeros de la periferia que recurren a diario la línea Madrid-Móstoles (la más utilizada de cercanías) tienen hasta ahora como destino final la estación de Laguna, situada al suroeste de Madrid y a una considerable distancia del centro. El túnel servirá para acercar el ferrocarril al corazón de la ciudad. La nueva estación de Embajadores está conectada con las líneas 3 y 5 del metro.
La segunda parte de esta importante obra, la prolongación de la línea de Embajadores a Atocha, lleva ya más de dos años de retraso y está todavía en fase de proyecto.
Bajo el río Manzanares
El túnel Laguna-Embajadores tiene una longitud de 3,3 kílómetros y surca el barrio de los Cármenes, el cementerio de San Isidro, el río Manzanares y la puerta de Toledo.La obra está considerada como la segunda más importante del plan de cercanías, después de la terminal inaugurada para estos trenes en Atocha. Su presupuesto final - 1.000 millones menos que la nueva estación- supera con creces los 2.660 millones previstos inicialmente.
La construcción de este tramo llevó cuatro años de trabajos y exigió obras espectaculares en el subsuelo, a 28 metros bajo el nivel de superficie. Las obras finalizaron el año pasado, pero los problemas técnicos han retrasado nueve meses su puesta en servicio.
Primero fue necesario hacer algunos retoques para ajustar las instalaciones a la normativa de Protección Civil. Luego vinieron los problemas con el suministro eléctrico. Para reforzar la línea ha sido necesario habilitar una subestación eléctrica móvil en Aluche, no prevista inicialmente en el proyecto.
El tira y afloja entre Renfe e Iberduero (la deuda de la compañía ferroviaria ascendía el año pasado a 7.000 millones de pesetas) retrasó varias semanas más la puesta en marcha de esta instalación eléctrica. La compañía ferroviaria reconoce ahora que la subestación móvil ha tenido también problemas al entrar en funcionamiento y ha retrasado nuevamente la apertura definitiva del túnel.
Si se cumplen las previsiones, los trenes circularán con normalidad a partir de la próxima semana. Los sindicatos temen ahora que la apertura del nuevo tramo suponga un incremento importante de las tarifas para los viajeros.
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