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LA CRISIS DE ORIENTE PRÓXIMO

La crisis de Líbano retrasa la clausura de la 'cumbre' arabe de Casablanca

Las diferencias a propósito de Líbano entre Siria, de un lado, e Irak, Jordania, Egipto y la OLP, de otro, retrasaron en más de 24 horas la clausura de la cumbre árabe de Casablanca, prevista en principio para el pasado miércoles por la tarde. En la noche del miércoles al jueves, los jefes de Estado sostuvieron una reunión de seis horas, en la cual el sirio Hafez el Asad sostuvo una agria discusión con el iraquí Sadam Husein, sostenido este último por el rey Hussein de Jordania, el egipcio Hosni Mubarak y el líder palestino Yasir Arafat. Esta madrugada, la finalización de la cumbre parecía definitivamente aplazada hasta hoy

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Esta cumbre pasará a la historia árabe como la de todas las reconciliaciones salvo la de el sirio Hafez el Asad y el iraquí Sadani Husein, dirigentes de dos regímenes que se autoproclaman los abanderados de la ideología laica y socializante del baasismo. Asad y Sadam Hussein prosiguen ahora en Líbano una disputa que tiene sus raíces en la histórica rivalidad entre Damasco y Bagdad, y cuya penúltima batalla fue la Guerra del Golfo, en la que Siria se alineó con el Irán de Jomeini frente a Irak.El presidente iraquí, reforzado por su victoria a los puntos frente a los ayatolas revolucionarios persas, es ahora el principal apoyo en el mundo árabe del general cristiano libanés Michel Aoun, empeñado en liberar su país de la presencia de 40.000 soldados sirios. El pasado miércoles, Sadam Husein, según fuentes oficiosas marroquíes, se negó en un par de ocasiones a saludar personalmente a Hafez e Asad, al que considera un traidor a la causa árabe por su alianza con Irán.

Esta negativa contrastó con los apretones de manos y abrazos que, a instancias del anfitrión Hassan II y su amigo el argelino Chadli Benyedid, intercambia ron Muamar el Gadafi y Hafez el Asad con el presidente egipcio Hosni Mubarak, nuevo en esta plaza de las conferencias de jefes de Estado árabes. El dirigente sirio terminó incluso por abrazar a Yasir Arafat, tras haber encargado en un primer momento esa para él penosa tarea a su vicepresidente.

En la larga y tensa reunión de la noche del miércoles al jueves Irak insistió en la retirada total de las tropas sirias del país de los cedros. Su posición fue apoyada en un tono más conciliador por Egipto, cuyo presidente había re clamado en su primera intervención en una 'cumbre' árabe la retirada de todas las fuerzas extranjeras de Líbano".

De modo aún más sutil, el rey Hussein de Jordania se alineó con la posición de Irak y Egipto, sus grandes aliados en Oriente Próximo. El monarca jordano exigió la salida de las tropas israelíes de Líbano, y la sustitución total o parcial, de las sirias por una Fuerza Arabe Conjunta. Esta fuerza, precisó, "servirá para aligerar a nuestros hermanos sirios del peso que soportan en Líbano". En la misma línea, Arafat llegó a proponer la interposición de combatientes palestinos entre el Ejército regular libanés dirigido por Michel Aoun y los soldados de Damasco.

Hafez el Asad rechazó de plano todas esas sugerencias. Para el general de aviación y presidente sirio, sus soldados no deben ser considerados como extranjeros en Líbano sino como hermanos, y su intervención en los asuntos del país de los cedros obedece a la petición de una de las partes en conflicto.

Siria y Libia, por otra parte, seguían siendo ayer el principal obstáculo para la adopción de una resolución sobre el problema palestino. Ambos países se negaban a apoyar cualquier fórmula que suponga el reconocimiento del derecho de Israel a la existencia.

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