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El primer ministro israelí, asegura que el Gobierno español ha acogido favorablemente su plan de paz

España ha brindado al plan de paz de Israel una acogida mejor que la esperada por su primer ministro, Isaac Shamir, que ayer no sólo se declaró satisfecho, sino que leyó a la Prensa un párrafo del discurso pronunciado la víspera por el presidente Felipe González en el que sostenía que la iniciativa israelí "es de por sí un buen augurio".

La satisfacción de Shamir, que concluyó ayer los contactos políticos mantenidos durante su primera visita oficial a España, se explica no sólo por ese comentario alentador de un anfitrión considerado como sensible a la causa palestina sino por su buen entendimiento. personal con González, con quien no había tenido nunca la oportunidad de entrevistarse. "He encontrado en González una profunda y amplia comprensión del conflicto", dijo Shamir.González y su huésped, se aseguraba en fuentes israelíes, se han comprendido mejor el miércoles, a pesar de sus divergencias y de la fama de duro del segundo, que el lunes Shamir y la primera ministra británica, Margaret Thatcher, que desde un punto de vista político le es mucho más afín. A su vez, insistían, González no se lleva tan bien con Simón Peres, líder del laborismo judío. Acaso sea achacable a esta mutua comprensión el lenguaje inusualmente suave empleado por Shamir en la conferencia de prensa que dio ayer por la mañana en el hotel Ritz después de haber desayunado con el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. Aunque sigue, obviamente, rechazando un diálogo con la OLP, por una vez no la calificó de organización terrorista y tampoco descartó que los habitantes de Jerusalén Este participen en las elecciones que desearía convocar.

La celebración de unos comicios en los territorios de Cisjordania y Gaza para designar a representantes palestinos que negocien con el Estado judío es la pieza clave del plan Shamir. Pero en anteriores intervenciones destinadas a apaciguar los temores del ala más intransigente de su coalición electoral (Likud) el primer ministro había precisado que los 120.000 palestinos del sector anexionado de Jerusalén no podrían acudir a las urnas.

"Estos detalles y modalidades", afirmó el primer ministro, "podrán ser discutidos una vez que la parte árabe haya aceptado nuestra propuesta" electoral, y, por lo demás, Shamir no concentró ayer sus ataques contra la OLP sino contra los Estados árabes, a los que invitó a demostrar que reconocen el derecho a la existencia de Israel "acudiendo, a una mesa de negociación".

Aunque el Gobierno español ha evitado dar un gran relieve a la primera visita de un jefe de Gobierno israelí -González no dio una conferencia de prensa conjunta con Shamir ni le ofreció una cena o un almuerzo privado-, su estancia en Madrid ha tenido en el plano bilateral algunos modestos resultados, como la creación de una comisión mixta para examinar la marcha de las relaciones comerciales.

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