Libertad sin cargos
Manuel Pericet fue puesto en libertad el viernes último sin cargos (la detención se produjo el martes 16) "porque no se podían probar ninguno de los hechos ni la existencia de ninguna operación involucionista", dijo ayer el magistrado Antonio Alcalá, titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 1 de Marbella, encargado de las diligencias del caso.Alcalá señaló que "la historia parece excesivamente fantástica, como un guión de película de espías", y que "no tiene ninguna apoyatura en algún hecho real, se desenvuelve solo en el plano teórico".
El juez afirmó que, en cualquier caso, "la investigación se ha hecho a fondo, porque estos temas son muy serios, a pesar de que no pensábamos que nos habíamos encontrado con una conspiración". La policía intensificó sus pesquisas y, cuatro días después de la detención de Pericet, entregó un informe en el que revelaba que todas las investigaciones habían resultado infructuosas. Consideraba los papeles encontrados como "elucubraciones de una mente inestable".
Pericet, que trabajó durante algún tiempo como empleado de una empresa privada a la que se le adjudicó la seguridad del casino Nueva Andalucía de Marbella, estaba considerado por sus antiguos compañeros como una persona agresiva y locuaz, aunque de maneras joviales, que gustaba de fanfarronear de su condición ultraderechista y de la posesión de todo tipo de armas, incluidas metralletas. Asimismo solía portar símbolos distintivos de sus afinidades políticas, como llaveros o pegatinas con la bandera del anterior régimen. Algunas personas que conocen a Pericet en Marbella no dudaron en calificarlo como "fantasmilla".
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