Un holandés reclama visitar a la niña que tuvo con su propia hija

En el Tribunal Supremo holandes ha comenzado la vista de un juicio donde un padre biológico, algo especial, reclama el derecho a visitar a una hija pequeña: el hombre, de 43 años, tuvo a la niña con su propia hija adolescente, tras haber cometido un incesto. El ahora demandante ya fue condenado en 1988 por el juez de Arnhem a estar apartado, por lo menos durante dos años, de la que ahora es la madre de su propia hermana.

G. Spong, abogado del padre, basa su defensa en el artículo 8 de la Declaración Europea de Derechos de las Personas, donde se explicita que los lazos de sangre entre progenitores e hijos crean una vida familiar, aunque ésta no exista. En el caso de su defendido, el letrado argumenta que, tras un incesto probado, el término "vida familiar" y "realizable" podía transformarse en un régimen adecuado de visitas.

Abusos repetidos

El padre-abuelo reconoció durante el primer juicio que había empezado a cometer abusos deshonestos con su hija cuando ésta tenía 11 años. Algún tiempo después, el hombre llegó repetidamente al incesto, hasta que la chica le dijo que estaba embarazada. A pesar de ello, asegura ahora que sus actos anteriores no implican que no desee ver a la recién nacida.Según el defensor, la jurisprudencia holandesa enseña que los padres biológicos suelen obtener un régimen de visitas aceptable, si demuestran su paternidad y la voluntad de mantener el contacto con los pequeños. En 1985, además, el Tribunal Supremo de los Países Bajos adoptó como norma general el espíritu de la declaración europea para decidir en casos de familias separadas o con problemas. Según Spong, un hombre que comete incesto no está incapacitado para dar su amor a un nuevo hijo, sino que a través del contacto puede evitar que un inocente sufra los efectos de su crimen. Las conclusiones de este juicio estarán. listas a principios de junio, y la sentencia podría dictarse en La Haya en septiembre.