Eran 'toros lamparillas', según Gregório Sánchez
Gregorio Sánchez, que vio entre el público del tendido tres la corrida de ayer, comparó a los toros con esas lamparillas de aceite cuya llama sale con mucha fuerza y se apaga enseguida: "Con toros-lamparillas es imposible lucirse". Sánchez, cuyas relaciones con su antiguo discípulo Niño de la Taurina, al que descubrió y ayudó en casi toda su carrera, están rotas, afirmó de él: "Se ha justificado sobradamente".De Manzanares dijo que estuvo elegante y fácil, y de Robles que se jugó las vida con el quinto para nada. Comparó esta época con la suya: "Entonces tal vez fueran los animales más pequeños, pero tenían mucha más fuerza. No eran lamparillas".
Al mayoral de la ganadería, Antonio Carnerero, le hizo gracia la denominación de Sánchez para con sus toros, aunque reconoció que habían carecido de fuerza. "Es una pena porque tenían nobleza y entraban bien", añadió, "el problema es que en Madrid se exige un toro muy grande y por eso se caen".
Se retira El Inclusero
El matador de toros Gregorio Tébar El Inclusero, que ha presenciado las dos últimas corridas de la feria, tiene intención de des pedirse esta temporada de los ruedos. El Inclusero se manifiesta cansado: "Son muchos años de lucha fuera del ruedo, porque dentro, sólo me dieron sitio al principio de mi carrera". Considera que su pecado fue apretar a las figuras y denunciar todas las injusticias que veía, de lo que se siente orgulloso: "Tanto como de ser uno de los toreros con más cartel en Las Ventas, la plaza más importante, en la que, hasta 1984 -cuando Chopera me castigó-, he actuado 50 veces".
Actualmente vive en Alicante, ciudad en la que ha dirigido la es cuela taurina en 1987 y 1988. Este año el Ayuntamiento ha de cidido cerrarla y el diestro se ha quedado en el paro. "Es una situación a la que estoy acostum brado", comenta, "pues ir con la verdad por delante y, por ejemplo, cobrando siempre lo estipulado en el contrato por torear me ha perjudicado mucho, y me ha impedido alcanzar más altas cotas de cantidad, porque en cuan to a la calidad aún tendría mucho que decir. No me arrepiento de mi forma de ser porque nunca he tragado lo injusto ni he traiciona do mis ideales".
Tomó la alternativa en Valen cla en 1966, con 20 años. Esta temporada lleva una sóla corrida y sus proyectos son actuar en Valencia, Alicante y Benidorm para despedirse. Ha aprovechado su desplazamiento a Madrid para una serie de contactos con el mismo fin en la Comunidad. Aunque su ilusión es despedirse en Las Ventas: "Espero que Cho pera", añade, "me perdone por un día y me lo permita".
El Inclusero siente una sana envidia por la triunfal reaparición de otro diestro de su edad José Luis Parada: "Me alegro mucho por él, sus éxitos demuestran que nuestra generación aún puede enseñar mucho. Ojalá yo hubiera encontrado un hombre que confiara en mí, como Diego Robles lo ha hecho con Parada".
Babelia
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