La policía sospecha que el botín del 'butrón' del Banco Central se elevará a 1.000 millones de pesetas

El botín conseguido por los autores del robo perpetrado el pasado fin de semana en una oficina del Banco Central sita en la calle de Isla de Java puede elevarse a unos 1.000 millones de pesetas, según fuentes policiales. Los delincuentes reventaron 86 cajas privadas de seguridad, de las que 44 estaban llenas de joyas, lingotes de oro y dinero. Los expertos afirman que esta oficina tenía un sistema de protección "bastante deficiente". Sin embargo, un portavoz del banco aseguró que la sucursal "no sólo cuenta con las medidas de seguridad marcadas por la ley, sino que las supera con creces".

Los delincuentes lograron entrar en la oficina, sita en el pueblo de Fuencarral, a las cuatro de la madrugada del pasado domingo. Antes saltaron una tapia de tres metros de altura y desmontaron la reja de protección de una de las cinco ventanas que van a dar a un patio interior. Forzaron esta reja con facilidad, debido a que estaba sujeta a la pared con unos pernios oxidados, que apenas opusieron resistencia cuando los asaltantes tiraron de los barrotes con un cable.Una vez dentro de la oficina, los cacos se dirigieron hacia la sala donde están ubicadas casi un centenar de cofres privados de seguridad. La única complicación era un haz de rayos infrarrojos. Cuando intentaron anular este dispositivo, la alarma sonó en el exterior del edificio y en la sala policial del 091. Un portavoz del Banco Central aseguró que la sirena estuvo funcionando "durante veinte minutos".

Dos agentes de un coche patrulla "saltaron la tapia de acceso al patio interior y revisaron las instalaciones", pero no advirtieron ninguna anomalía porque los asaltantes habían vuelto a colocar la reja que antes habían desmontado parcialmente para poder entrar en la oficina, según fuentes policiales. Paralelamente, los ladrones pusieron un trozo de papel aluminio impregnado en un líquido, lo que bloqueó el haz de rayos infrarrojos e hizo que la alarma dejara de sonar.

Tras comprobar que los agentes se alejaban, los autores del butrón (agujero) colocaron un gato hidráulico entre los barrotes de la puerta que les impedía el acceso a la sala de los cofres. Los encargados de la investigación han comprobado que uno de los barrotes saltó con facilidad, porque se salió del punto donde estaba encajado.

Brillantes y lingotes de oro

En las horas posteriores, los integrantes de la banda forzaron con palanquetas 86 de las 99 cajas de seguridad con que cuenta la oficina. En la actualidad solo estaban alquilados 46 cofres, mientras que los restantes se hallaban vacíos.Los butroneros se apoderaron de numerosas joyas de oro, platino y brillantes, además de varios lingotes de oro y una cantidad de dinero en metálico que no ha sido posible concretar. Pero despreciaron los documentos y papeles, que dejaron amontonados en el suelo.

En la comisaría del distrito de Fuencarral han presentado denuncia 20 perjudicados, que no han precisado la cuantía de los efectos que les han sido sustraídos, alegando en muchos casos que "se trata de joyas antiguas de incalculable valor material y sentimental"

Las denuncias recibidas hasta ahora elevan el valor del botín a varios cientos de millones de pesetas, lo que permite sospechar a la policía que el conjunto global de lo robado puede ascender a unos 1.000 millones. A dos industriales del gremio de joyería les han quitado más de 100 millones y a otro ciudadano alrededor de 73. No obstante, fuentes del Banco Central indicaron que la cifra de 1000 millones "es exagerada", pese a que reconocieron que no disponían de datos sobre los objetos y el dinero depositados por los clientes.

La mayoría de los perjudicados son residentes en la colonia de Mirasierra y en la Ciudad de los Periodistas.