Continuidad
El nuevo programa de la Compañía de Danza Carmen Senra, uno de los grupos más consolidados del panorama coreográfico español, que inauguraba ayer el ciclo Madrid en danza representa la continuidad en el estilo de este grupo, anclado en la línea del musical americano, en el que interesa más el cómo se baila que el qué se baila, y la colaboración del brasileño Airton Tenorio como la de anteriores coreógrafos, por la afinidad de gustos con Carmen Senra, no le aporta la pretendida variedad.Las cuatro piezas en programa no buscan la originalidad coreográfica ni un vanguardismo estético, ni dan un toque de imaginación en la composición escénica, por lo que hay que centrar el interés de esta compañía en su vertiente de dinamismo y vistosidad.
Compañía de Danza Carmen Senra
Programa: Parados (Airton Tenorio/ Jan Garbarek, Shadoufac, Brian Eno, David Byrne). Espacio definido (C. Senra-Eva Gancedo). Juego de la primera danza (A. Tenorio/Wim Mertens, Soft Verdict, Dead Can Dance, Meredit Monk). Vueltas al aire (C. Senra/Pep Llopis).Madrid. Centro Cultural de la Villa. Miércoles, 17 de mayo.
Los bailarines mostraron un buen nivel técnico en las variaciones que se superponían en escena, siempre en ese estilo rítmico y vital -producto de la fusión entre las técnicas de la modern-dance y la danza-jazz que Senra ha cultivado y promocionado desde su escuela en casi 20 años y que actualmente, gracias en gran parte a los shows televisivos, tiene un público amplio.
Lo mejor de la noche fue sin duda Vueltas al aire, una coreograflia de puro movimiento donde los bailarines, liberados del componente dramático (que es el punto más débil en este estilo) a que les obligaban artificialmente las otras tres piezas, se lanzaron a bailar con placer.
Ritmo ascendente
El valenciano Pep Llopis, como en sus otras composiciones para danza, ha sabido seguir y resaltar la intención de la coreógrafa -en este caso el ritmo escénico- y ha creado una música que impulsa y estimula la energía de los bailarines y los lleva con ritmo in crescendo al lógico grito final y al aplauso.Carmen Senra se ha ayudado para su espectáculo de un desenfadado y cambiante vestuario, original de Lourdes Vergara, para establecer una dinámica espacial, que consigue por medio de un acertado movimiento de grupos y un también acertado uso de otras formas de movimiento que las estrictas de su técnica, como saltos naturales y pasos comunes al folclor, mezclados con dèboulès y gransjetès clásicos, en un "todo vale" fresco y desenfrenado, donde la compañía da lo mejor de sí misma.
Babelia
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