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Una delegación china visita Holanda para copiar su modelo de planificación demográfica

Isabel Ferrer

Un 22% de la población de la Tierra vive en la República Popular China, un país que debe alimentar a sus 1.100 millones de habitantes con los productos de una superficie cultivable que sólo representa el 7% de la mundial. Para aprender a mejorar su agricultura y a reducir su tasa de natalidad, con un buen sistema de planificación familiar aplicado en un país de gran densidad demográfica como Holanda, una delegación de demógrafos chinos ha visitado los Países Bajos.

El grupo, dirigido por el profesor Wu Cangping, secretario general de la Sociedad China para la Investigación de la Población, abandonó este fin de semana los Países Bajos con la convicción de que el equilibrio entre la demografía y el desarrollo económico sólo puede alcanzarse en su país con un cambio de mentalidad que modifique también la sociedad.Durante la revolución cultural y en la década de los sesenta, las familias numerosas seguían siendo sinónimo de prosperidad para el padre campesino. "Ahora nos enfrentamos con el tercer baby-boom, que llega como resultado de la explosión demográfica de principios de los años sesenta", dice el profesor Wu Cangping. "Los niños que nacieron en 1962 ya están teniendo hijos, y si no aplicamos un riguroso sistema de planificación familiar, en el año 2050 se habrá doblado el número de habitantes de China".

Según el profesor Cangping, incluso frenando drásticamente el baby-boom de los ochenta, China experimentará un crecimiento anual de 15 millones de personas. Una cifra que supone una tasa de nacimientos igual a toda la población holandesa actual. "No hay que olvidar que la población china se concentra en el sureste del país, mientras el noroeste está casi vacío", añade Wu Cangping. "Por eso tenemos que darnos prisa y frenar la superpoblación para evitar la deforestación y la contaminación que las aglomeraciones humanas están creando ya. Queremos aprender y comprender las formas de pensar sobre la economía y la demografía occidentales, que pueden ayudarnos a abolir el sistema feudal de pensar de nuestros campesinos. Muchos de ellos no inscriben al segundo o tercer hijo que tienen para evitar multas o nuevos impuestos".

El envejecimiento de la población ha ocupado también al grupo del profesor Cangping, que es además vicepresidente de la Sociedad Gerontológica China. La política del hijo único ha modificado los hábitos de las familias rurales. Como resultado de ello los jóvenes se marchan a la ciudad y nadie se ocupa de los abuelos, que permanecen en casa sin apoyo humano ni ayuda económica real.

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