Al ministro Corcuera le gustaron los Pablorromero'

El ministro del Interior, José Luis Corcuera, asistió ayer a la corrida y declaró a su término que le gustó el juego de los toros de Pablo Romero. Corcuera, que prometió presenciar todos los festejos de la feria que sus muchas obligaciones le dejen, afirmó: "Como aficionado de toda la vida que soy, creo que, en líneas generales, los toros han dado un buen juego y han mantenido el interés de los tendidos".Por contra, la actuación de dos de los espadas, que no quiso concretar, le defraudó: "Han estado por debajo de sus enemigos". El titular de Interior señaló a Espartaco como su torero favorito y dió sus argumentos: "Aunque sólo sea porque me ha dedicado una fotografía toreando".

Corcuera se declaró menos torerista y más torista que su compañero de gabinete Enrique Múgica. Con respecto a la reforma del reglamento dijo que la ve necesaria, pero que no quiere dar pasos en falso. "Tengo la intención de hablar con todos los estamentos de la fiesta', agregó, -y recibiré a ganaderos, toreros y críticos, aunque algunos de éstos ya han pasado por mi despacho". El ministro puso de plazo el mes de agosto como máximo para tener acabadas las rondas de consultas, aunque matizó: "Siempre que otras cuestiones no me lo impidan".

Jaime de Pablo Romero, propietario de la divisa a la que pertenecían los toros de ayer, presenció la corrida desde una localidad del tendido tres. No se mostraba nervioso antes del inicio de la misma: "Es muy importante lo que hagan mis toros esta tarde, pero los nervios sobran porque mi labor con ellos ya ha acabado y sólo pido suerte". Una suerte que creía haber tenido, según comentaba al final del festejo: "Estoy relativamente contento. Los toros podían haber sido mejores. Pero no han sido malos y se les podía haber cortado alguna oreja".

Explicaba que los defectos que últimamente arrastran las reses de su divisa, blandura y poca casta, no se habían manifestado, aunque estimaba que para haber sido unos buenos toros les faltó algo de movilidad y nobleza: "Aprendían enseguida los fallos que cometían los diestros durante su lidia". Al ganadero le gustaron sus toros con el caballo, aunque reconoció que en banderillas fueron desiguales, con el atenuante de que la mayoría se vinieron arriba con la muleta, y destacaba al último en este aspecto, lo que venía a ser una acusación a su matador, Rafi de la Viña, que después concretó: "Le ha faltado coraje y decisión, además pretendía pegar 40 pases en cada faena, y eran toros de 15 y entrar a matar".

Estas palabras no le sentaron bien al diestro, que se enfadó al conocerlas: "Lo que tiene que hacer Pablo Romero es mandar a toda la camada al matadero, que es su sitio". Después, con mayor tranquilidad, pero sin rectificar, puntualizaba: "Admito todas las críticas excepto que digan que no le eché coraje. ¿Qué quería, que me partieran la barriga? Eran mulos con cuernos inservibles para torear".