Los activistas confinados en Panamá temen ser expulsados
ENVIADO ESPECIALLos seis etarras confinados en Panamá temen ser entregados a España o expulsados, a un nuevo país después de la suspensión de las elecciones y ante el clima de incertidumbre política y violencia callejera impuesto en el país por grupos paramilitares fieles al general Manuel Antonio Noriega.
La dura condena del Gobierno español y del PSOE al proceso electoral y la protesta formal panameña a Madrid por las supuestas manipulaciones de información han abierto una seria crisis en las relaciones entre ambos países. Actualinente se encuentran confinados en Panamá Julián Tena Balsera, José Carlos Arriarán Ibarra, Ramón Zurutuza, KoIdo Saralegui Comago y Juan José Aristizábal Cortaja rena, todos ellos expulsados de Francia a mediados de 1984. El 17 de marzo de este año un télex cifrado de la Embajada española en Panamá comunicaba a Madrid que el etarra Miguel Ángel Aldana, hasta entonces deportado en Santo Domingo, había llegado a Panamá. Aldana había solicitado su traslado porque en Santo Domingo se encontraba solo.
El traslado fue aceptado por España y una delegación de Herri Batasuna viajó a Panamá para seguir esta operación. El eurodiputado Txema Montero, el abogado Miguel Castells y el alcalde de Pasajes visitaron el país e intentaron sin éxito entrevistarse con el general Noriega para agradecerle la acogida de los activistas. Esa operación de traslado de Aldana fue supervisada secretamente desde Panamá por los miembros de los servicios especiales de la Guardia Civil Félix Hernando y José Navarrete.
Los etarras no trabajan en Panamá y reciben una asignación mensual similar al salario mínimo español, que es pagado por Madrid, y también otros gastos, como la vivienda.
[En este sentido, el diputado del Grupo Popular Ramón Rabanera pidió ayer al Gobierno que informe del coste que representa para España el traslado y la estancia de los miembros de ETA en diversos países, informa Efe.]
Los activistas estuvieron residiendo durante algún tiempo en el hotel Hayat de Playa Gorgona hasta que fueron trasladados a una casa situada entre la ciudad de Panamá y Colón. Esta casa se encontraba junto al centro de retiro y ayuda Emaús, donde monjas y jesuitas españoles les prestaron alguna ayuda.
Incluso en alguna ocasión les trasladaron algún mensaje del nuncio, monseñor Sebastián Laboa, quien guarda estrecha relación con el grupo de etarras.
Los etarras temen que la actitud crítica del Gobierno español hacia el proceso electoral acabe con su estancia en Panamá.
Por otra parte, la Unión de Funcionarios de Instituciones Penitenciarias pidió ayer la dimisión del ministro de Justicia, Enrique Múgica, por la discriminación que sufren los presos comumes respecto a los de ETA, según una nota emitida ayer.
Asimismo, Justicia ha incrementado su política de traslado de presos de la organización terrorista, tras el atentado del lunes. Estos traslados se encuadran dentro de la política anunciada por Múgica de favorecer la actitud de los que quieran acogerse a la reiserción.
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