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Integristas y golpistas, excluidos de la amnístia de Hassan II

Los integristas islámicos y los militares golpistas son los grandes excluidos de la amnistía otorgada por Hassan II con motivo de las fiestas del final del Ramadán. El domingo, primera jornada del Aid al Fitar, el rey de Marruecos devolvió la libertad a 50 militantes de la extrema izquierda ya 178 profesores, funcionarios y empleados públicos que habían participado en huelgas y manifestaciones. Pese a su carácter limitado, la amnistía ha recibido la bienvenida de la oposición y las organizaciones de derechos humanos.

Hassan II ha tardado cuatro meses en cumplir la promesa que el pasado enero efectuó a su amigo Jean Daniel. El monarca declaró entonces al periodista francés que estaba dispuesto a efectuar un "gesto" en relación a los presos políticos, para "confortar" a los "amigos leales de Marruecos" que le solicitaban con frecuencia la libertad de los mismos. Hassan II ha querido situar ese "gesto" en el marco de las fiestas del Aid al Fitar, que en la tradición musulmana son el tiempo del perdón y la reconciliación. Su trascendencia para el futuro de la política interior de Marruecos y también para el de las relaciones del reino jerifíano con la Europa democrática era subrayada ayer por todas las fuentes diplomáticas consultadas. Los socialistas marroquíes fueron los primeros en saludar las medidas de gracia. Un comentario de su periódico, Al Ittihad al Ichtiraki, las calificó de "paso positivo", que permite abrir "una nueva era en la que se respeten enteramente los derechos humanos y las libertades individuales y colectivas y se comience a practicar una verdadera democracia".Los socialistas habían sido los principales beneficiarios de la primera amnistía concedida por Hassan II, la de 1983, que alcanzó a 80 presos políticos.

Emocionantes escenas de reencuentro se produjeron ayer en los domicilios de los recién excarcelados. Familiares, amigos y vecinos desfilaron para desearles personalmente felices fiestas, por primera vez en mucho tiempo. Los 50 presos políticos amnistiados pertenecen a las organizaciones marxista-leninistas Ila el Aman (Adelante) y Veintitrés de Marzo, y en su mayoría permanecían recluidos desde 1977 en el centro penitenciario de Kenitra. El otro grupo de beneficiados por el gesto de Hassan II está compuesto por 178 personas empleadas por los ministerios de Educación y Sanidad, que en 1979 y 1981 participaron en protestas por la carestía de la vida.

La amnistía ha reducido de modo importante el número de presos políticos de Kenitra, que ahora puede contarse con los dedos de las manos. En Kenitra sigue Abraham Serfaty, dirigente de Ila el Aman, judío de 60 años de edad, condenado a cadena perpetua. Serfaty nunca ha reconocido la marroquinidad del Sáhara y tampoco se ha mostrado dispuesto a pedir su libertad a Hassan II, lo que, según ha declarado en repetidas ocasiones el monarca, "agrava su caso". Otro de los todavía huéspedes forzosos de Kenitra es el dirigente socialista Ait Kaddur, que regresó a Marruecos el pasado marzo, tras un largo exilio, y fue detenido por su presunta participación en el intento de golpe de Estado de 1972. El joven poeta Ali Idrissi Kaituni, el condenado a muerte Ahmed Jiari y Mohamed Srifi, de madre española, tampoco han sido alcanzados por la amnistía.

Desde el pasado domingo, los integristas de la Juventud Islámica y el grupo Muyahidines constituyen el principal contingente de presos políticos en Marruecos.

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