La ejecución de Servet
Con estas líneas quiero expresar mi agradecimiento al equipo realizador de la serie sobre la vida de Miguel Servet.Como ginebrina protestante y pastora (formada en la facultad creada por Calvino en 1559), siempre presentí ese tema como tabú, poco y mal expuesto durante los cursos de historia de la reforma y de la dogmática protestantes. La serie en cuestión, con la ayuda de algunas lecturas, me ha abierto los ojos sobre esa personalidad fascinante del siglo XVI, víctima de su espíritu abierto, y de las máquinas teocráticas de aquellos tiempos.
Lo que no obstante quiero dar a conocer es que en Ginebra, en el lugar en el que fue quemado Miguel Servet, en Champel, hay un monumento expiatorio dedicado al sabio español, erigido por los protestantes y en el que se lee: "Nosotros, herederos espirituales del reformador Juan Calvino, condenamos un error que fue el de su tieinpo". Con este monumento, los protestantes de Ginebra piden perdón por la muerte de Miguel Servet, cuyo nombre* es honrado en Ginebra con una calle no lejana de ese lugar. Al principio y al final de la serie apareció en pantalla el monumento que se erige en la localidad de Annemasse (Francia) y habría sido justo que apareciera también el mencionado de Ginebra.
Me gustaría saber cuántos monumentos expiatorios se encuentran en España para pedir perdón por las víctimas de la Inquisición. ¿Cuándo tendremos en España calles dedicadas a un Bartolomé Carranza, a un Casiodoro de Reina o a un Cipriano de Valera? Todos ellos se cuentan entre las víctimas de la Inquisición, por ella fueron encarcelados o tuvieron que huir a otros países a causa de su fe protestante. Y junto con esos nombres podríamos añadir muchos otros, los de quienes murieron en los autos de fe de Sevilla y de Valladolid por formar parte de comunidades protestantes.-
Pastora protestante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.