Fallece otro de los heridos en la explosión de una empresa pirotécnica de Sevilla

Blas Trigo Barragán, de 36 años, falleció en la madrugada de ayer a causa de las quemaduras y heridas que sufrió al estallar en la tarde del jueves tres de los cuatro polvorines de la empresa Pirotecnia Andaluza, ubicada en Umbrete (Sevilla), de la que era propietario. Por las mismas causas murió el día anterior su hijo Manuel, de 12 años, y se encuentran en gravísimo estado un hermano de éste, de 16 años, y Juan Manuel Rodríguez Rodríguez, de 26 años, empleado de la fábrica.

El trágico suceso, cuyas causas todavía se desconocen, ocurrió poco antes de las 19.00 horas del jueves, cuimdo en el interior de la fábrica permanecían los cuatro afectados. Las personas consultadas por este periódico desconocían el motivo de la presencia de dos menores en la pirotecnia, aunque, en el caso de Manuel, se interpretaba como "una casualidad".El jefe de Protección Civil de Sevilla, José Martínez Reig, aseguró ayer que Pirotecnia Andaluza tenía todos los permisos exigidos para el tipo de actividad que desarrollaba. Asimismo resaltó que atribuir el suceso a una negligencia o a la irresponsabilidad del propietario "es algo gratuito".

Manuel Trigo Muñoz, de 12 años, fue rescatado carbonizado entre los escombros de la factoría horas después de explosionar los tres polvorines situados en otras tantas naves, que resultaron totalmente des truídas. Su padre, Blas Trigo Barragán, propietario de la empresa siniestrada, falleció a las tres de la madrugada de ayer en la unidad de quemados del Hospital General de Sevilla, a donde había sido trasladado junto con los dos heridos.

Según el parte médico oficial, los dos primeros presentaban quemaduras de tercer grado en un 100% de la superficie corporal, además de lesiones por la inhalación de humos, mientras que el tercero estaba afectado en un 95% del cuerpo. La mismas fuentes señalaron a mediodía de ayer que el estado de los dos supervivientes seguía siendo muy grave.

En los últimos 12 años, los accidentes causados por artefactos de pirotecnia en fiestas populares o en talleres, han causado en España 37 muertos y cientos de heridos.