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Presentada una querella por la muerte de un joven tras ser detenido por la policía

La Asociación contra la Tortura, ha presentado una querella contra los funcionarios que resulten implicados en la muerte en extrañas circunstancias de José Antonio Castillo Benet, de 23 años. La Coordinadora de Barrios y el Grupo de Abogados Jóvenes han anunciado su intención de personarse en el caso como acusación popular.El joven fue detenido a primeras horas de la madrugada del pasado 28 de febrero, tras una larga y accidentada persecución policial, que finalizó en la calle de Cuatro Amigos, en el distrito de Tetuán. Dicho joven, que conducía un coche Opel Kadett que había sido robado horas antes, se estrelló contra una pared y un coche patrulla, según la Cadena SER.

La detención de Castillo fue calificada de "muy violenta" por la policía, debido a que se resistió y forcejeó hasta ser inmovilizado. Fuentes policiales reconocen la posibilidad de que alguno de los agentes actuantes propinara algún porrazo al joven, peto rechazan "tajántemente cualquier sospecha de malos tratos en la comisaría".

José Antonio Castillo fue detenido junto con Eduardo Manuel Ortega Sarrasí, que también viajaba en el citado turismo sustraído. Ambos fueron conducidos a la comisaría. El primero fue reconocido a las 9.45 horas en la casa de socorro y el facultativo de guardia le apreció una "herida contusa en la región occipital", por lo que le dio varios puntos de sutura.

La policía trasladó a Castillo a las 00.05 del día 2 de marzo hasta la Inspección Central de Guardia, sita en el edificio de la Puerta del Sol, donde permaneció hasta las 8.30. Un informe elevado por Lorenzo Calatayud, jefe superior de Policía de Madrid, al subdirector general operativo de la Policía, Agustín Linares, asegura que el joven "se negó" a ser reconocido por el servicio médico.

Fuertes dolores

Castillo fue trasladado al juzgado de guardia, que ese día correspondía al número 11 de los de instrucción. Parece ser que el detenido se quejó de que sufría dolores en el tórax, y un facultativo le proporcionó unos calmantes. El joven permaneció en los calabozos tres días más.En un reconocimiento posterior, el forense del Juzgado de Instrucción número 18 le apreció "traumatismo en hemitórax y disnea" (dificultad para respirar). Éste aconsejó su traslado al hospital penitenciario, donde ingresó el 5 de marzo a través de una conducción especial.

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El día 8, el estado de Castillo empeoró notablemente, lo que determinó que los médicos del Hospital Penitenciario ordenasen su inmediato traslado al centro hospitalario Gregorio Marañón, donde falleció poco después.

La abogada Miriam Vergara, que asistió a Castillo en su declaración ante el juez, no apreció la gravedad de las lesiones de su cliente. Según sus manifestaciones a otros letrados, Castillo negó haber robado el Opel Kadett, aunque admitió que lo conducía.

Según el abogado Arturo García, defensor de Castillo, el informe forense asegura que la muerte fue producida por la fractura de la novena costilla, que le produjo pus y le rompió la pleura. El dictamen considera que no parece que esa herida se pudiera haber producido por el choque del vehículo que Castillo conducía, sino que por la forma ovalada de la lesión, podría haber sido consecuencia de una patada. El fallecido presentaba también seis hematomas traumáticos en la región occipital. Estas lesiones tenían la forma de una moneda y los letrados querellantes especulan con que podrían corresponder a los golpes asestados con la culata de un arma.

Hasta el momento el juez ha tomado declaración a una quincena de policías y a varios funcionarios de prisiones. También se ha solicitado como prueba un peritaje, que incluye un reportaje fotográfico, elaborado de la Guardia Civil para que pueda valorarse la importancia de la colisión en el vehículo siniestrado.

Según declaró la esposa del fallecido, éste le dijo antes de morir que le habían pegado y que, cuando saliera de prisión, iba a matar a un policía "por lo que le había hecho".

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