Comité para la Unión Monetaria pide que la 'cumbre' de Madrid apruebe la elaboración del nuevo tratado
JOSÉ A. SOROLLA, El Comité para la Unión Monetaria de Europa, reunido ayer en París, reclamó la aprobación, en la cumbre comunitaria de junio en Madrid, de la "decisión política" de elaborar el nuevo tratado previsto en el informe Delors sobre la integración monetaria.
El comité, encabezado por el ex presidente francés Valéry Giscard d'Estaing y por el ex canciller alemán occidental Helmut Schmidt, se muestra favorable "a una construcción por etapas fundada en el paralelismo entre unión económica y unión monetaria", pero "estima que debe ser lanzada sin retraso la negociación de un tratado que recoja el conjunto del dispositivo y de las etapas". Aunque en el comunicado de la reunión no se hacen más precisiones, Giscard señaló en una conferencia de prensa que la cumbre de Madrid debe adoptar ya la decisión de elaborar el tratado. El ex presidente francés consideró que el Gobierno de París, cuyo ministro de Economía, Pierre Bérégovoy, asistió a la reunión del comité, tiene la voluntad política de poner en marcha el nuevo instrumento legal comunitario.
El tratado viene exigido, señaló Giscard, por "la transferencia de soberanía al sistema europeo de bancos centrales", organismo que según el comité "debe ofrecer garantías de autonomía y cuya composición ha de reflejar el carácter europeo de sus responsabilidades".
El Comité por la Unión Monetaria Europea está integrado por 17 representantes de los 12 países comunitarios. Por parte española participan el ex ministro de Economía Miguel Boyer y el copresidente del Banco de Bilbao Vizcaya José Ángel Sánchez Asiaín. El informe Delors recoge la mayor parte de las propuestas formuladas por el comité, circunstancia de la que se felicitaron ayer Giscard y Schmidt.
El ex canciller alemán occidental reconoció, no obstante, que el informe Delors adolece de las indefiniciones propias de la unanimidad comunitaria y se pronunció con rotundidad a favor de la moneda común y en contra del triángulo dólar-yenmarco, que sólo crearía reticencias hacia la RFA, dijo. Schmídt recordó que todos los mercados únicos integrados por millones de personas, entre los que citó a EE UU, Japón o la URSS, tienen una moneda única "y no once monedas y media (la de Luxemburgo) como ocurre en Europa".
Giscard no quiso comentar las reticencias británicas ante el informe Delors y las dudas de Londres sobre la relación entre unión económica y monetaria, pero abogó por un acercamiento de las políticas económicas de los países comunitarios.
El comité defiende asimismo la participación en el nuevo sistema del conjunto de las monedas comunitarias "con participación diferenciada" y el "rápido desarrollo del ECU" (unidad de cuenta europea) como moneda opcional, así como una mejor coordinación con las monedas de países terceros. A este respecto cita los países de la Asociación Europea de Libre Comercio y los países africanos cuyas monedas están asociadas al Sistema Monetario Europeo.
En cuanto al desarrollo del ECU, Giscard aplaudió la reciente emisión de créditos en esta moneda por parte de Francia y la RFA, y sugirió la emisión, en una primera etapa, de billetes de la divisa europea.
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