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Caídas y contusiones

La seguridad personal del Rey ha sufrido en diversas ocasiones incidencias de escasa importancia.El 7 de junio de 1980 don Juan Carlos participó en unas maniobras militares de la división acorazada Brunete, celebradas en el campo de San Gregorio (Zaragoza), durante las cuales recorrió varios kilómetros en uno de los carros de combate. Al salir del vehículo, el Rey cayó al suelo y resultó ligeramente contusionado en el codo derecho, que le fue vendado posteriormente.

El 21 junio de 1981, el Rey practicó durante unos breves minutos su favorito deporte del squash con Manuel Santana y, acabado el partido, se dispuso a bañarse en la piscina de su residencia. El Rey se dirigió con celeridad al encuentro con el agua y en su camino se interpuso el cristal de una de las puertas de acceso al jardín donde se encuentra la piscina. El cuerpo del Rey quebró el cristal y las esquirlas producidas por su rotura hicieron mella en múltiples puntos de su anatomía. Inmediatamente fue ingresado en el Hospital Central de la Cruz Roja para ser atendido de las lesiones sufridas.

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El parte médico decía textualmente: "Se aprecian heridas incisas superficiales múltiples en tórax, muslo izquierdo, ambas manos y nariz. En tercio superior de antebrazo izquierdo, herida profunda con sección músculo tendinosa del supinador largo y primer y segundo radial. Sección completa de la rama cutánea del nervio radial". El Monarca fue intervenido durante más de dos horas y tuvo escayolado el brazo izquierdo durante un mes.

El Rey sufrió una fisura de pelvis causada por una caída, cuando esquiaba en una de las pistas de la estación suiza de Gstaad" donde pasaba unos días de vacaciones la familia real en enero de 1983. Como consecuencia del accidente, el Rey tuvo que guardar cama durante un mes. Posteriormente, pudo pasear apoyado en bastones y provisto de un corsé pélvico. En el mes de abril fue dado de alta. El 19 de julio de 1985, El rey Juan Carlos sufrió una ligera intervención quirúrgica en la clínica Sant Josep, de Barcelona, para extirparle una fibrosis (inflamación de zona muscular), secuela del traumatismo de pelvis del accidente de 1983. En una revisión médica periódica se le descubrió la existencia de la citada fibrosis, que comprimía estructuras vecinas a la zona de la lesión.

Durante el acto de entrega del Premio Carlornagno 1988, en el mes de noviembre de este año, el Rey llevaba gafas de sol y se secaba con frecuencia un ojo irritado por un ligero golpe sufrido durante una cacería a la que acudió en Suecia. El accidente se lo produjo al golpearse en el ojo con una rama mientras seguía a una pieza durante la cacería. El golpe le ocasionó una pequeña irritación, que fue tratada con un colirio.

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