Pérez Royo: El camino pragmático iniciado por Occhetto es el del futuro
El cabeza de lista de IU para el Parlamento Europeo pide a los electores que saquen conclusiones del 14D
JUAN G. IBÁÑEZ, Fernando Pérez Royo, eurodiputado de Izquierda Unida y de nuevo primer candidato de IU para el Parlamento Europeo, es uno de los comunistas españoles más entusiasmados con las propuestas del líder del Partido Comunista Italiano, Achille Occhetto. Crítico con la "falta de personalidad política" del Gobierno socialista en la presidencia de la CE, espera que los electores acudan a las urnas el próximo día 15 de junio con la voluntad de expresar las consecuencias del 14D.
Pregunta. Ustedes valoran de forma negativa la presidencia española de la CE por considerar que no promueve medidas sociales. ¿Cuáles creen ustedes que deberían, ser al menos perfiladas para avanzar hacia un espacio social europeo?Respuesta. Nosotros hacemos una evaluación que no es positiva pero tampoco es catastrofista. En concreto, respecto a la profundización en el espacio social europeo teníamos cierta esperanza de que se avanzara algo bajo el mandato español; pero no se va a hacer nada o casi nada. No va a haber una carta social europea que sea un reconocimiento de derechos y deberes de los trabajadores en Europa y que, en nuestra opinión, debe tener el rango de directiva comunitaria para que comprometa a todos los Gobiernos europeos.
Creernos que es muy importante esa carta social que consagre en toda Europa el derecho de los trabajadores a participar en la gestión de las empresas; que uniformice de forma progresista el derecho de negociación colectiva y, en general, los derechos sindicales en toda Europa.
P. ¿Están de acuerdo con la consecución del mercado único o supeditan su aceptación al cumplimiento previo o simultáneo de algunas condiciones?
R. Pensamos que la armonización que se pretende debe incluir también las condiciones del trabajo porque, aparte de las diferencias salariales, existen diferencias tremendas en la capacidad de negociación, de protección ante el desempleo o de protección social entre los trabajadores de unos países y otros.
Mientras que las directivas referidas a la liberalización para el capital están aprobadas casi en un 70%, las concernientes al espacio social y a una reglamentación progresiva se encuentran bloqueadas. Nosotros, que somos partidarios del mercado único y que apoyamos el acta de adhesión a la CE, entendemos que ese mercado queda distorsionado sin la dimensión social y que en esas condiciones su puesta en marcha va a crear más tensiones que soluciones efectivas a la construcción de Europa.
Por cierto, quiero subrayar que en lo que concierne al espacio social nuestro programa coincide punto por punto con el aprobado por el movimiento sindical a través de la Confederación de Sindicatos Europeos.
Gestión anodina
P. La situación de "ni pena ni gloria" en que usted considera que se encuentra la presidencia española, ¿es el presagio de un balance de gestión anodina?
R. Creo que la presidencia española está pasando como una presidencia anodina en la medida en que no se está avanzando en el desbloqueo de aspectos importantes de la construcción de Europa. Los únicos logros significativos hasta ahora han sido la agilización de la diplomacia comunitaria y, por decirlo llanamente, que el Gobierno ha demostrado que llevaba los deberes preparados. Pero le ha faltado la personalidad política y probablemente la voluntad de adoptar iniciativas que, si no llegaran a ser espectaculares, hubieran puesto a cada país delante de sus propias responsabilidades.
P. ¿Qué resultado le parece realista y satisfactorio para Izquierda Unida?
R. No soy amigo de pronósticos de este tipo, pero todo indica que Izquierda Unida debe tener un avance considerable respecto a las anteriores elecciones europeas, que puede concretarse en un aumento de dos o tres eurodiputados.
P. ¿Va a pedir usted el voto a los ugetistas?
R. Vamos a pedir el voto a toda la sociedad española, comprendidos los ugetistas.
P. ¿Es cierto que Nicolás Redondo le animó recientemente a lograr un mayor respaldo electoral en estos comicios para que aumente la presión al Gobierno hacia un giro social?
R. No puedo entrar a juzgar lo que piensan otras personas, y en concreto Nicolás Redondo. Lo que sí decimos es que Europa también necesita un giro social, que, en todo caso, en España sigue pendiente tras el 14 de diciembre y que estas elecciones van a estar en nuestro país bajo el influjo de los debates de estos últimos meses.
P. ¿Cree usted que estas elecciones deben servir para traducir en censura política al Gobierno la censura social que se produjo el 14 de diciembre de 1988?
R. Estas elecciones son para elegir diputados en el Parlamento Europeo, pero también es la primera ocasión del electorado para manifestarse a través del voto tras el 14 de diciembre, y creo obligatorio que todo el mundo saque las consecuencias.
P. La propuesta de Occhetto tiene en el PCE alguna incidencia más que evocar con envidia una situación en la que los socialistas son minoría y los comunistas pueden retarles con invitaciones complicadas de rechazar?
R. El PCE se encuentra globalmente en esa misma línea, si bien hay un nivel mucho menos desarrollado de elaboración, tiene una fuerza política muy inferior y existe también un importante problema de relaciones mucho más difíciles con un partido como el PSOE, que tiene una política neoliberal y muestra una franca hostilidad hacia el PCE.
Con todo, quiero subrayar que el camino emprendido, Y en parte recorrido, por el PCI es el del futuro: una línea pragmática, no ideologizada, que se enfrenta sin prejuicios a los problemas reales de nuestra sociedad y concibe una amplísima política de alianzas para abordar estos problemas.
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