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Los madrileños declaran sólo una cuarta parte del valor real de los pisos comprados

CARLOS FRESNEDA, Las escrituras mienten. Y a veces lo hacen en proporciones exageradas. Por término medio, los madrileños declaran en escritura pública una cuarta parte del valor real de los; pisos. Así se desprende de un muestreo de 150 operaciones de compraventa de viviendas realizadas en 1988 en el distrito de Centro. Al dinero negro generado en estas operaciones hay que añadir un dato revelador: el año pasado se vendieron en Madrid 90.000 pisos, mientras que las necesidades reales están cifradas en 18.000 viviendas al año.

Segundo piso, amplio, a muy, pocos metros de la plaza de España. ¿Precio? 260 pesetas el metro cuadrado. Cuarto piso en la plaza de Matute, céntrico., junto a la calle de Huertas: 2.882 pesetas el metro cuadrado. Tercer piso, exterior, en la calle de Hortaleza: 4.571 pesetas el metro cuadrado...No es la sección inmobiliaria de un periódico de los años cincuenta. Son unos cuantos casos reales de compra de pisos realizadas el año pasado en el centro de Madrid. Los precios, por increíbles que resulten, figuran con todos los números en el registro de la propiedad. Y ese, que aproximadamente la mitad de las trasacciones realizadas en Madrid no se elevan a escrituras públicas.

Un repaso a las 3.000 compras de pisos que se realizaron el año pasado en el distrito de Centro arroja algo de luz sobre el abismo que separa el precio real del valor declarado de las viviendas.

Los datos hablan por sí solos: mientras el metro cuadrado en la zona superó el año pasado las 200.000 pesetas, el precio medio declarado -de acuerdo con una muestra de 150 operaciones- es tan sólo de 49.851 pesetas.

En el 32%, de las escrituras, los compradores declaran haber pagado por el metro cuadrado menos de 10.000 pesetas. Esta situación da lugar a precios irrisorios, como las 560.000 pesetas pagadas por un piso de 122 metros cuadrados en la calle de Hortaleza.

Sólo el 12% de las operaciones se acerca al precio real, con valores declarados que oscilan entre 100.000 y 200.000 pesetas el metro cuadrado. La existencia de una hipoteca sube inevitablemente el listón, como lo demuestra la escritura de un piso en la calle de Mira el Río Alta en la que figura un precio de 182.000 pesetas el metro.

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Estos resultados, aplicables al resto de la ciudad, confirman la existencia de una gran bolsa de dinero negro en torno al mercado inmobiliario de la ciudad.

Especulación inmobiliaria

El volumen del fraude fiscal es aún mayor si se tiene en cuenta otro, dato sorprendente: sólo uno de cada cinco pisos comprados en Madrid responde a necesidades reales de alojamiento, según estimaciones de organismos municipales y de la Comunidad de Madrid.

O lo que es lo mismo, el 80% de las 90.000 adquisiciones de pisos realizadas el año pasado en Madrid va a beber directamente de la especulación inmobiliaria. Estas operaciones generan un fraude fiscal difícil de controlar, miles de millones que eluden el impuesto municipal de plusvalía y el impuesto sobre trasmisiones patrimoniales.

El ciudadano de a pie se queja: "¡Demasiados impuestos!". Y se deja guiar por fórmulas mágicas que forman ya parte de: la picaresca de las escrituras. Unos se conforman con declarar cantidades similares a los valores catastrales y otros prefieren dividir por dos el precio real.

Desde el pasado 15 de abril, todos lo tienen más difícil. En esa fecha entró en vigor la ley de Tasas. La nueva ley fija una frontera legal entre el valor comprobado a efectos del impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y el valor declarado en las escrituras.

Si la diferencia entre ambos es superior al 20% y supera los dos millones de pesetas, se pone en marcha el mecanismo sancionador. Al vendedor se le pasará factura en la declaración de la renta; el comprador tendrá que pagar la diferencia como si fuera una donación.

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