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La EFTA ofrece su ayuda para la reconstrucción de la economía yugoslava

MIRJANA TOMIC, Parece que Europa occidental se preocupa más por el futuro político y económico de Yugoslavia que los políticos yugoslavos. El jueves pasado, el Parlamento Europeo expresó su inquietud por los conflictos que desgarran al país balcánico, mientras que, en las últimas semanas, los países miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) han mostrado su preocupación por el futuro económico yugoslavo y han ofrecido ayudas para la reestructuración de la economía.

El 15 de marzo los jefes de Esta do de los países miembros de la EFTA (Suiza, Austria, Islandia Finlandia, Suecia y Noruega), reunidos en Oslo, precisaron, en el artículo 24 de su comunicado conjunto, su "pleno apoyo a la reestructuración y al proceso de liberalización de la economía yugoslava" e invitaron a los representantes yugoslavos a "participar en los esfuerzos comunes para encontrar las vías y los modos de desarrollar la cooperación". El 23 de marzo, el presidente del Consejo Federal suizo, Jean Pascal Delamuraz, propuso en Berna a los países miembros de la EFTA la creación de un fondo de desarrollo para Yugoslavia, que "contribuiría a apoyar el proceso de reformas económica~s dirigidas hacia la economía del mercado". A finales de marzo, el ministro de Exteriores austriaco, Alois Mock, declaró durante su visita a Yugoslavia: "Continuaremos apoyando la política yugoslava, dirigida al acercamiento con la integración europea", y expresó la necesidad de incluir al país balcánico en el espacio económico europeo.Economía de mercado

El apoyo verbal que ha recibido el Gobierno de Ante Markovic por su orientación hacia la economía de mercado y la invitación de estrechar los lazos entre Yugoslavia y la EFTA han suscitado discusiones bizantinas. Unos sostienen que Yugoslavia está en Europa y no debe luchar por firmar los acuerdos institucionales con ninguna agrupación, mientras que otros favorecen una política de inclusión de Yugoslavia en la EFTA o la Comunidad Europea (CE). Los primeros sostienen que Yugoslavia está en Europa, puesto que más de un 70% de sus exportaciones se dirigen a Europa occidental, y que el país no precisa pertenecer formalmente a ninguna agrupación. Asimismo, argumentan que la economía del país debe reestructurarse por sí sola y luego competir en el mercado europeo. Los que favorecen la integración tienen los argumentos contrarios: hay que comenzar de una vez con los preparativos para la entrada a la EFTA y posteriormente a la CE, pues sólo por medio de una fuerte presión económica externa las estructuras económicas locales podrían transformarse.

"El miedo a los cambios es enorme", precisa Ljubisa Adamovic, profesor de relaciones económicas internacionales en la universidad de Be1grado. "últimamente se habla tanto de la EFTA porque se quieren evitar las conversaciones acerca de la Comunidad Europea. Una posible entrada a la EFTA sería menos dolorosa, pues no implicaría cambios radicales en la política interna y exterior".

Coquetear con el Este y el Delie yh?,ibUir en.Tercer Mundo ha constituido el meollo de la política internacional yugoslava. Actualmente, sin embargo, más y más voces piden el acercamiento con Europa occidental, pero las respuestas oficiales acerca del futuro de las relaciones entre Yugoslavia, por una parte, y la EFTA y la CE, por otra, son ambiguas.

La inflación, que según todas las previsiones alcanzará un 1.000% este año, y la necesidad de capitales extranjeros podrían influir en que, próximamente, las autoridades yugoslavas se vean obligadas a formular una política más precisa respecto a los procesos de integración europeos.

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