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Desconcierto y conmoción en Italia por la absolución de los jefes de la Mafia

Juan Arias

Toda Italia ha quedado desconcertada y conmocionada por la sentencia del Tribunal de Apelación de Palermo que ha absuelto, "por no haber cometido el delito" a los altos jefes de la llamada cúpula de la Mafia siciliana, entre ellos el legendario Michele Greco, apodado el Papa, que en el primer maxiproceso del 16 de abril de 1987 habían sido condenados a cadena perpetua, acusados de ser los responsables de siete asesinatos de la María en los años ochenta.

La sentencia, dictada tras 11 días de deliberación del tribunal, encerrado a cal y canto, ha dejado en libertad definitiva no sólo a Greco, sino también a todos sus compañeros acusados por el arrepentido Tomniasso Buscetta de ser la alta jerarquía de la Cosa Nostra y los responsables últimos de los grandes atentados firmados por la Piovra, como Salvatore, su hermano (apodado el Senador), Luciano Liggio, Totó Riina, Bernardo Provenzano, Pippo Caló, Francesco Madonia, Giovanni Scaduto, Ignazio Pullura, Giuseppe Savoca, Salvatore Cucuzza, Ignazio Motisi, Nené Geraci, Leonardo Greco, Rosario Riccobono, Bernardo Brusca y Carlo Alfano, todos ellos figuras de primera linea en las crónicas de la Mafia de los últimos 10 años.Como comentaba ayer el periódico Corriere della Sera, leyendo dichos nombres "se ven brillar las estrellas más famosas del firmamento mafioso siciliano, las Personas carismáticas de la Cosa Nostra, que habían acabado con los huesos rotos, con una lluvia de cadenas perpetuas a las espaldas en el primer proceso". Y el diario La Repubblica comentó ayer así, amargamente, a toda página, la noticia de la absolución de los dioses de la Priovra: "La Mafia no existe".

Por su parte, Michele Greco, alias el Papa, un personaje de novela que en la cárcel, durante estos años de condena por asesinato, se había convertido a la religiosidad mística y pasaba las horas leyendo la Biblia, no creía lo que veían sus ojos cuando el abogado -con gestos, pues Greco es sordo- le comunicó a distancia la noticia de la absolución plena que acababa de anunciar el presidente del tribunal.

El comentario de Greco a los periodistas presentes fue: "Ya lo había dicho yo siempre, que la Mafia no existe", y añadió: "Yo no entiendo de procesos, yo confío sólo en Dios nuestro señor. La utopía de todo buen cristiano es la esperanza".

Cartas secretas

Justamente, la revista palermitana católico -progresista Segno acaba de publicar las cartas secretas intercambiadas entre el difunto ex arzobispo de aquella ciudad, cardenal Ernesto Ruffini y el Vaticano en 1963, en las que el prelado palermitano explicaba a Pablo VI que la Mafia era sólo "una invención de los comunistas". Y dichas revelaciones llegan en el momento en que, por contra, los jesuitas progres de Palermo están siendo acusados de haber apoyado el ingreso de los comunistas en el Gobierno municipal de la ciudad para reforzar la lucha contra la Piovra.El cardenal, del que se había sospechado que apoyaba en Sicilia a la peor Democracia Cristiana, la más involucrada con la Mafia, escribía así al papa Montini, que le había pedido explicaciones acerca de los rumores que corrían sobre una posible connivencia de la Iglesia siciliana con la Mafia: "Es una suposición calumniosa lanzada especialmente fuera de la isla por los socialcomunistas, que acusan a la Democracia Cristiana de estar apoyada por la Mafia".

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En una carta, el sustituto de la Secretaría de Estado de Pablo VI, el arzobispo Angelo dell'Acqua, le sugería al cardenal Ruffini, en nombre del Papa, que la Iglesia promoviese "una acción positiva y sistemática con los medios que le son propios, como instrucción, persuasión y reforma moral, para disociar la mentalidad de la Mafia de la mentalidad religiosa". Y el poderoso cardenal Ruffini, que era entonces una especie de rey de la isla, le respondió en seguida que un importante jefe de policía, tras haberse preguntado a sí mismo qué cosa es la Mafia, había llegado a la conclusión de que se trataba sólo de "delincuencia común", y añadía Ruffini en su respuesta al Papa: "Por favor, Santo Padre, no piense ni por sueño que la religión y la llamada Mafia puedan estar asociadas".

Mientras tanto, la policía romana ha descubierto días atrás un tráfico de cocaína dentro de los museos vaticanos. El responsable del despacho de droga dura era el guardián de los museos Giulio Giacomi, de 27 años, a quien la policía, tras haberle sorprendido en su habitación entregando 50 gramos de cocaína a un periodista cinematográfico, lo llevó a la cárcel.

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