Mudo, sordo y ciego
En Consenso para una ley (EL PAÍS, 21 de marzo de 1989) se enuncian los fines de la ley Serra.Aunque esta carta esté escrita en primera persona, no obedece a un planteamiento personalista, ya que se trata de-un cuerpo militar compuesto por 24.385 hombres.
No puedo comprender como, tras el objetivo de "modernizar y racionalizar la carrera militar", se disuelva el Cuerpo de Mutilados, ya declarado a extinguir.
Este cuerpo tiene una larga traffición en los ejércitos de España y siempre se ha mantenido, con regímenes políticos dispares, como ejemplo para las generaciones futuras.
Como mutilado permanente en acto de servicio, de aprobarse la ley, puede suponer cualquiera cómo me sentiré.
A no dudarlo, cuando recobre los derechos de todo español, a los que en parte renuncié voluntariamente, según dicen las Ordenanzas, me expresaré de una forma muy distinta.
Me siento profundamente orgulloso de ser mutilado del Ejército del Aire y, manteniendo mis convinciones, pueden estar seguros ustedes de que no seré un callado ejemplo.
Desde la fidelidad jurada a la patria, la lealtad a las Ordenanzas y el acatamiento al ordenamiento constitucional (aunque se me deje mudo, sordo y ciego), los jóvenes oficiales pilotos,- viendo cómo la ley trata a uno de los suyos, que perdió volando (no detrás de una mesa de despacho) jirones muy importantes de su integridad física, tendrán que plantearse, muy seriamente, si quieren ser militares o irse a las líneas aéreas.
No se puede retirar a quienes ya están declarados a extinguir y quieren ser militares, sin infligir un grave agravio a las FAS y sin causar con ello un mal irremediable para la moral de los oficiales que siguen nuestra obra-
Coronel del Arma de Aviación (EA).
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