El policiaco posmoderno

Corrupción en Miami o Canción triste de Hill Street viene a demostrar que el género policiaco goza de un envidiable estado salud (como el cine negro o detectives: ahí está Luz de luna). Un policiaco, claro es, posmoderno, labrado a menudo sobre patrones estéticos de peluquería y sastrería. En cine, los tiros v generalmente en la misma dirección que el telefilme. Querido detective -como, por poner un ejemplo ilustre del género de nuestros días, Fuego en el cue po- no sería Querido detecti sin el atractivo, el fogonazo erá co de sus dos principales prot gonistas, Dennis Quaid y El¡ Barkin,7envueltos en una olla p drida de corrupción policial gran alcance. Ellos mismos enfrentarán duramente par poco después, hacer el am -escenas calientes, calientes volver a enfrentarse, volver h cer el amor...Podría todo ese triturado amor y violencia haber dado o gen a un producto convencion pero, más*allá del acierto de s protagonistas -especialmen ella, presencia turbadora-, h un estilo de narración sobrio elegante, una calculada observ ción de Nueva Orleans y su ge graria humana, aciertos de pues en escena y psicología que acre tan a su realizador, Jim McBri -que nos había ofrecido ya singular remake del clásico de G dard Alfinal de la escapada llam do Sin aliento-, como uno de 1 cineastas más prometedores panorama yanqui actual.

Comedia y ~otismo

Los tramposos, de Pedro Lazaf es una de nuestras comedias históricas, pícara y desenvuelta, pese a cierta acumulación de tópicos muy bien interpretada. Bajo claudelelouchiano título de, Las posas, diez años después, se esco de la secuela de la película noru ga de Anja Breien que vimos pasada semana. Por lo que hace La patrulla del coronel Jackson, otra cosa es que un típico filme. bélico con mucho patriotismo John Wayne haciendo de Jo Wayne mejor que nadie.